Los estrellados: Laterales izquierdos madridistas

Démosle la bienvenida al tercer capítulo de los bochornos madridistas. Ocasión para una posición que ha dado mucho juego en el “cásting” de candidatos. A la sombra y bajo la lupa del mejor Roberto Carlos, fueron muchos los “3″ que se dieron un batacazo en su intento por convertirse en la alternativa o el relevo del gran carrilero carioca. Con ustedes, las tres “hostias” más sonadas:

ORO) Raúl Bravo: Se aprovechó del delirio colectivo de la política ‘Zidanes y Pavones’. Rapadito y con botas blancas, de lejos parecía un defensa
de nivel. Rápidamente destacó por su versatilidad: era tan malo de lateral como de central. Asombrosamente, y demostrando que, a menudo, el fútbol es generoso con algunos tuercebotas, fue titular como central zurdo en la Eurocopa de 2004 de la mano del insigne Iñaki Sáez. Hasta desplazó a Puyol al lateral izquierdo para solucionar tal desaguisado. Increíble pero cierto.

PLATA) Miquel Soler: El de Olot completó una larguísima trayectoria en nuestra Liga, pasó por ocho equipos y jugó una infinidad de partidos. Entre ellos, el ilustre trotamundos fichó por el Real Madrid de Mendoza el verano de 1995. No cuajó. Llegó a la Casa Blanca en un Madrid sin rumbo que meses después vería ganar el Doblete a su vecino metropolitano. Eran los años de despedida y cierre de la Quinta del Buitre y de la transición entre veteranos curtidos como Zamorano y los jóvenes valores abanderados por Raúl. Para el anecdotario, además del puñado de partidos jugados con la zamarra blanca, decir que es uno de los pocos jugadores catalanes que han jugado en el Madrid y que, tras retirarse en el Mallorca, jugó en la Selección Española de Fútbol Playa. Soler, un capítulo más en la descomposición del “mendozato”.

BRONCE) Robert Jarni: La suplencia de Roberto Carlos fue un quebradero de cabeza para Lorenzo Sanz desde que fichó al lateral brasileño
hasta que llegó Santiago Solari (y su hermana). Uno de los intentos infructuosos fue traer a Robert Jarni, croata que venía de deslumbrar en el Betis formando pareja de extremos con el “cordobés” Finidi. En el Madrid estuvo una temporada, marcó un gol y rindió a tanto nivel que su siguiente destino fue el todopoderoso Las Palmas, en ese momento en Segunda División. Le vino muy tarde la oportunidad al bueno de Robert, pero puede presumir de haber ganado una Intercontinental. Destacar que su mejor partido fue en fase de grupos de Champions, contra el Sturm Graz austríaco, 6-1 en el Bernabeú.