Parece que terminado el verano (porque sí señores, el verano se está acabando) hubiesen dado el pistoletazo de salida para que todo el mundo se ponga a estrenar novedades a diestro y siniestro. Esta semana tenemos una cartelera cargada de estrenos (entre ocho películas podremos decidir en la taquilla del cine) y además variopinta en propuestas. Dredd vs.Sherlock, comedia romántica vs. thriller, Raimi contra Garci.
‘Dredd’ llega a las carteleras españolas para reconciliar al gran público con el personaje que maltratara el cine en su anterior adaptación del cómic. Ni mencionar queremos aquel coñazo, exaltación máxima de la testosterona de Stallone y relativamente mal adaptado bodrio que nos comimos hace casi 20 años.
Esta nueva versión, más oscura y violenta, relativista y directa es uno de los claros ejemplos de lo que puede hacer el avance de medios y tecnología pueden hacer por las adaptaciones del cómic al cine. Es una pena que personajes míticos de la iconografía más dual y perversa de las viñetas, hayan tenido tan malas adaptaciones (Para muestra ‘The Punisher’ y ya después vais buscando otros botones…) siendo tal vez los que mayor juego podrían dar en la pantalla grande. Se comenta la adaptación de ‘Lobo’ y estas premisas previas nos hacen temblar. Sin embargo Pete Travis ha conseguido con su revisión del Juez, aportar cierta estructura fílmica y narrativa cercanas al cómic y al personaje que representa.
‘Eternamente comprometidos’ y ‘The deep blue sea’ son las propuestas románticas de la semana. Al amparo de la comedia suave, la primera y a través de un bello relato clásico y épica la segunda, ambos títulos ofrecerán diferentes resultados cualitativos. En la primera, la vis cómica de Jason Segel (aceptable para sitcoms de la tele pero no lo tenemos tan claro para el cine) no será suficiente para mantener el interés por el resto del metraje. En el film de Terence Davies, que dirige y adapta la obra teatral de Terence Rattigan, la cosa mejora aunque se vuelve esponjosa. Rachel Weisz brinda una interpretación soberbia, como la fiel candidata que es al elenco de grandes actrices de todos los tiempos, en una trama dura, desbocada de sentimientos y pasión.
‘Shanghai’ podría ser la apuesta por el thriller tenso e historicista, sino fuera, porque al mismo tiempo se estrena ‘Todos tenemos un plan’. La película de Mikael Håfström, es algo lenta pero bastante inquietante y recupera a un John Cusack que trata de salir a flote mediante películas de tensión y mantenerse en la cresta de la ola. Actor al que siempre tendremos cariño por títulos como ‘Medianoche en el jardín del bien y del mal’, ‘Alta fidelidad’ o ‘Cómo ser John Malkovich’ se pone otra vez a las órdenes del director de ’1408′ con un pulso narrativo reposado y una ambientación envidiable tanto en las escenas de acción y bombardeos como en el terreno del suspense. Extrapolación del cine negro a la oscura tensión asiática de la Segunda Guerra Mundial.
Pero la nueva película de Viggo Mortensen es tal vez el estreno fuerte de la semana, al menos cualitativamente hablando, sino es el que más destaque. Nueva coproducción hispano-argentina que pone en el otrora rey de Rohan, todo el peso interpretativo que requiere la cinta, haciendo de su doble personaje (Mortensen interpreta a dos hermanos que intercambian sus identidades y sus vidas) de lo más interesante del film. Aunque no es todo. El guión es puntilloso y ofrece tensión y engaños sin límites. Como la trama, que se enreda a medida que el “hermano bueno” acaba por convertirse en el “hermano malo”. O al revés?
No querríamos olvidarnos, aunque tal vez lo deseásemos, de la última película de Garci, ese experimento fílmico pictórico que su recreación de una hipotética visita de Sherlock Holmes a Madrid, durante la investigación de los asesinatos de Jack el Destripador.
Nuestro catedrático de cine, propone una película tan pomposa en forma y contenido, como uno de sus aborrecibles programas sobre cine. Grandilocuente, incoherente, desproporcionado, innecesario. No es que seamos devotos del director de ‘El abuelo’, por mucho que algunos de sus primeros títulos fuesen grandes películas (‘El crack’, ‘Volver a empezar’ o ‘Sesión continua’) que ofrecían buenos retratos humanos y en esencia, buenos ejercicios cinematográficos. Su empeño por estilizar lo denso y aburrido de unos géneros caducos y sin mensaje útil hoy en día, raya el extremo en este su último trabajo. ‘Sherlock & Watson: Madrid days’parece sobre todo aburrida y por mucho que nos gusten los relatos en los que realidad y ficción se entremezclen, poniendo a autores clásicos convertidos en espías o como hace poco ha intentado Tim Burton, honorables presidentes muertos ejerciendo de caza vampiros, en este caso no hay por donde hincarle el diente. Una pena desaprovechar así un buen reparto y una tal vez, buena idea inicial, mal conceptualizada.
Eso sí, para ganar subvenciones le va a venir que ni pintada. Mientras Santiago Segura se marca cameos con Cañita Brava y Paquirrín, Garci se apunta al carro, tira de agenda y mete con calzador al actual ministro Gallardón, interpretando a su tío Isaac Albéniz. Toma ya, tirabuzón y mortal hacia atrás. Buenos ejemplos del estado actual del cine español. Siguiente!
El final de la cartelera es extremadamente dispar en planteamientos. ‘Step Up: Revolution’ aboga por la resolución de conflictos pandilleros mediante el baile. ‘The possession (El origen del mal)’ es la enésima revisión de posesiones demoníacas y exorcismos in extremis. Si bien es cierto que el género ha tenido muy pobres ejemplos últimamente, hay que reconocerle un mérito a esta. El montaje visual entorno a los momentos más truculentos de la historia es bastante impactante. A partir de ahí, que el guión y la trama se sustenten es otro cantar. Juzgar vosotros mismos.