Hoy os propongo la lectura de un interesante artículo publicado en Infocop sobre el TDA y la tendencia actual a sobre-diagnosticar y sobre-medicar, este síndrome que tanto sufrimiento genera.
Ciertamente, cuando existe un problema de salud mental, suele plantearse la duda de si tomar medicación o no. Como profesional sanitaria, estoy convencida de los beneficios de la farmacología para muchas situaciones. Es más, en el trabajo con algunas enfermedades, es requisito necesario para poder conseguir un nivel mínimo que permita avanzar en el tratamiento psicológico.
Sin embargo, a mi modo de ver, el tratamiento con psicofármacos implica varios riesgos , además de los estrictamente médicos valorados por el especialista. Y creo, que estos riesgos no siempre son tenidos en cuenta antes de tomar la decisión de iniciar una farmacoterapia o no:
- En ocasiones la terapia farmacológica implica una etiqueta en el paciente que puede obstaculizar más que favorecer el proceso de recuperación (soy depresivo/ soy hiperactivo/soy bipolar). La identificación con el trastorno implica una estabilidad y permanencia, que además de estigmatizar, condiciona la percepción de uno mismo y de los demás sobre la posibilidad de hacer una vida autónoma y ajustada a pesar de las dificultades.
- Otras veces, se trasmite que la medicación en sí misma es el tratamiento, sin que sea necesario llevar a cabo otras intervenciones o pautas terapéuticas (a modo de ejemplo, lo podemos ver en personas con hipertensión que consideran ese desequilibrio correctamente tratado únicamente con la medicación y no modifican sus hábitos alimenticios).
- En la evolución de las patologías de salud mental influyen múltiples factores además de los referidos a la persona que la sufre; entorno familiar, entorno laboral-escolar, entorno social. El abordaje por tanto, deberá incluirlos a todos para aumentar la garantía de éxito.
En ocasiones, la terapia farmacológica trasmite que el problema atañe únicamente a la persona que manifiesta la sintomatología impidiendo cambios, a veces imprescindibles, en el resto de áreas.
Por todo eso, no es casualidad que la mayoría de psicólogos y psicólogas, solemos quejarnos del exceso de medicación de hoy en día. Los medicamentos no son magia en los temas de salud mental. Solo unidos a una terapia global, con el esfuerzo que eso implica, s se puede mejorar el nivel de funcionamiento global de una persona con TDA.
Los excesos de la medicalización en la infancia. El caso del TDA
Yolanda Pérez