A principios del mes de octubre os contábamos la última idea que habíamos tenido en plan urbanita rural (podéis leerla aquí), y hoy os contamos el resultado.
Lo cierto es que no encontrábamos una batidora que nos inspirara confianza para realizar esta tarea, vimos muchas, todas fantásticas según la información, pero no nos acababan de convencer. Al final, encontramos una de vaso que tenía muchísima potencia, servía para hielo, y bla, bla, bla, bla
Así que nos decidimos por esa. Nos fuimos al maset y lo preparamos todo para hacer la prueba. Pues bien, primero limpiamos el vaso de la batidora y resulta que se le salía el agua. Cerramos lo mejor que pudimos aquello, pero el agua seguía saliendo, así que la volvimos a empaquetar y de vuelta a la tienda.
Viendo que la cosa no parecía tener una solución rápida, optamos por usar la de casa, pero troceando a mano las aceitunas, quitar el hueso y dejar solo la carne de la aceituna. A pesar de que no eran muchas, fue una tarea muy aburrida, pesada y sucia. De hecho los cuchillos todavía están manchados, y de las manos tardó varios días en irse.
Después de ese tedioso trabajo batimos las aceitunas, calentamos un poco la pasta resultante, la colamos y dejamos reposar toda la noche el líquido resultante para que el aceite se separase del resto.
¿Funciona? pues sí amigos funciona, aunque claro, como la cantidad que hicimos para probar no era mucha, la cantidad de aceite resultante fue ínfima, por lo que recogerlo resultaba tan difícil como hacerlo. Ahora, con buenos utensilios y haciendo más cantidad sí que se puede. De momento nosotros dejamos aparcado lo del aceite, quizás para el año que viene, quizás para otra vida, no lo sabemos.
Eso sí, el resto de aceitunas las hemos preparado y aliñado, nos han salido un buen montón de botes, espero que estén buenas,si no, hago leña.