Revista Cultura y Ocio

Los falsificadores. Baldford Morrow

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Los falsificadores. Baldford Morrow
     "No llegaron a encontrar las  manos. Se pasaron días y semanas batiendo el ventoso litoral al sur de la autovía de Montauk, desplegándose por los helados matorrales que lindan con las dunas, peinando kilómetros de costa en busca de una sepultura improvisada donde hubieran podido enterrarlas. Tales esfuerzos, sin embargo, se vieron entorpecidos por las escasas horas de luz y los aguaceros de febrero, que borraron todo lo que podía haber revelado las alteraciones en la arena y la tierra medio congelada".
     No fue solo la cubierta y esa promesa de un libro sobre libros, sino también el tema de las falsificaciones lo que me atrajo de este libro. Hoy traigo a mi estantería personal, Los falsificadores.
     Adam Diehl, coleccionista de libros raros, aparece gravemente herido en su casa, con las manos amputadas y amputados también están los libros que le rodean, con páginas arrancadas. Nosotros conoceremos al narrador, pareja de la hermana de Adam que será interrogado junto a su novia por la policía y comenzará a recibir una serie de inquietantes notas firmadas por el mismísimo Henry James.
     Si no he dicho el nombre del narrador es porque no será desvelado hasta casi el final del libro y me ha parecido importante respetar este deseo del autor.
     Intriga literaria, y en el sentido más literal de la palabra, es lo que nos ofrece Morrow en esta novela. Adam muere en diez días tras el brutal ataque y no tardamos en descubrir que, al igual que el protagonista, era un falsificador. Y es en ese momento en el que Morrow despliega su maestría al tratar un tema tan atractivo como trillado en el mundo del arte. Es sabido que hoy en día hay falsificadores que cobran por sus copias precios más altos que los cobrados en su día por el autor original, pero esto no ha sido siempre así. De hecho, nuestro improvisado narrador relata como al descubrirse sus engaños fue expulsado del mundo de los libros y las dificultades que tuvo para volver a entrar en parte de los círculos que un día le aceptaron. Y con todo, este narrador especializado en falsificar la firma de Arthur Conan Doyle ya fuera en cartas, manuscritos o dedicatorias, no puede evitar dejar ver el orgullo que siente ante su excepcional e irreconocible trabajo. De este modo, este mentiroso profesional, un embaucador, un falsificador, es el encargado de darnos su versión de lo sucedido mientras que el lector comienza a preguntarse si no estará también mintiéndole a él. Con pequeñas disonancias aquí y allá el autor consigue que dudemos de cada palabra pronunciada por un narrador que no es totalmente opaco hasta casi el final de la novela, convirtiéndose en el ingrediente perfecto, el aliciente que nos hace seguir leyendo más allá de la curiosidad por saber quién mató al pobre Adam.

     "A qué negarlo, puesto que ni siquiera me avergüenzo: fui un falsificador de éxito. Hubo una época en mi vida en que nada me daba más placer que falsificar cartas y manuscritos de mis autores preferidos".
     No sería justo hablar de thriller trepidante ya que la novela es todo lo contrario pese a encontrarnos al futuro muerto en la primera página. En esta ocasión, con un misterio de salón, lo que nos propone el autor es dejarnos embaucar por este charlatán que hará uso de todas sus armas para engatusarnos en una historia en la que tendremos que descubrir cuánto hay de cierto en lo relatado, si creemos o no en su palabra y, por supuesto, si descubrimos quién es el asesino, y quién se esconde detrás de esas misteriosas cartas.
     Tengo que decir que Los falsificadores me ha parecido una novela tremendamente interesante y, sobre todo, muy muy divertida por ese tono a ratos socarrón con el que está narrada. Casi he tenido la sensación de estar escuchando a... contar su historia. Me ha gustado.
     Y vosotros, ¿también os dejáis llevar por los libros que hablan de libros?
     Gracias.

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