Revista Cultura y Ocio
El 10 de mayo de 1869 es un dia que quedó grabado en la historia por ser el momento en que las dos grandes lineas del ferrocarril de Estados Unidos se encontraron para crear la primera línea ferroviaria transcontinental.
Y el lugar en que la Union y la Central Pacific se unieron fue un inhóspito enclave al norte del estado de Utah conocido por el nombre de Promontory.
Ambas compañías llevaban siete años trabajando en la consolidación de una línea de ferrocarril largamente anhelada e impulsada por grandes intereses políticos y económicos. Entre las dos empresas llegó a establecerse una poderosa rivalidad por ver quien sería capaz de tender más kilómetros y, especialmente desde 1865 (año de la conclusión de la Guerra Civil), se intensificó la construcción a ambos lados con la llegada de muchos veteranos de guerra y esclavos liberados que empezaron a trabajar como jornaleros en esta epopeya de ingeniería civil.
Union Pacific fue la que se impuso en la distancia de vía tendida puesto que hasta llegar a Promontory había construido 1749 kilómetros partiendo desde el río Missouri, a su paso por Council Bluffs (en la frontera entre Iowa y Nebraska), y atravesando los estados de Nebraska y Wyoming, hasta llegar al norte de Utah.
Central Pacific, por su parte, tendió 1100 kilómetros de vía desde Sacramento (California), atravesando las extensas planicies desérticas de Nevada para conectar con Union en Promontory. En el caso de Central Pacific, fue muy conocida la utilización de obreros chinos (procedentes, en su gran mayoría, de la comunidad residente en San Francisco) en la construcción de dicho tramo de ferrocarril. Salarios bajos y máxima explotación es lo que interesaba y primaba en ese momento y desde luego no se puede decir que los ejecutivos de la compañía no tuvieran visión coste-beneficio.
Además de ofrecer una conectividad más rápida y abrir definitivamente el Oeste, el negocio del ferrocarril ocultó también numerosos casos de especulación en las parcelas de terreno. El capitalismo se abrió paso por tierras hasta entonces muy desconocidas para aquellos que no fueran aventureros. Y esa mordacidad permitió también un florecimiento de la economía nacional que, por fin, fue capaz de disfrutar de los beneficios de un país tan extenso y rico en recursos naturales.
Cuando se entró en el año 1869, los ingenieros de ambas empresas empezaron a reunirse para decidir el punto de encuentro. La conexión tenía que haberse realizado algo más al sur pero el Gran Lago Salado de Utah lo impedía. Así fue como empezaron a buscar alternativas y se decidieron por un enclave situado dentro de un altiplano de 1400 metros de altura (una elevación media para un estado montañoso como es Utah). Ese lugar llamado siemplemente Promontory fue designado como enclave de conexión.
La ceremonia oficial estaba prevista para el 8 de mayo pero el mal tiempo y una serie de reivindicaciones sindicales entre los trabajadores de Union Pacific, pospusieron el acto hasta el dia 10. Desde cada lado se enviaron locomotoras para escenificar la efeméride. La Central Pacific mandó la número 60 (más conocida como Jupiter) mientras que Union estuvo presente con su máquina 119. Ambos ingenios fueron situados frente a frente dejando solo un pequeño espacio entre ellas donde se colocó el tramo final. De hecho, no fue solamente un last spike porque se colocaron tres grandes clavos: uno de oro, otro de plata, y una combinación de oro, plata, y hierro para el tercero. Trabajadores, supervisores, e ingenieros estuvieron presentes en dicha ceremonia habiendo dejado algunas fotos históricas para el recuerdo.
Durante 35 años la línea transcontinental mantuvo el recorrido por el paso de Promontory. Pero los progresos en la técnica de la ingeniería civil pemitieron que, entre 1902 y 1904, la compañía Southern Pacific fuera capaz de crear un paso que atravesaba el Gran Lago Salado de Utah, con lo que el recorrido se hacía más directo en el trayecto por el estado de los mormones. La línea original empezó a ser cada vez menos utilizada hasta que, en 1942, fue desmontada. Los raíles fueron fundidos y destinados al esfuerzo de guerra.
El National Park Service recuperó el terreno original de Promontory en 1957 y lo incorporó al patrimonio histórico cultural de la nación. En 1969, coincidiendo con el centenario, se construyó una sección de vía de media milla y se forjaron réplicas de las dos locomotoras originales. Desde entonces, el lugar opera como un historic site que trata de recrear los acontecimientos que se vivieron en ese mismo enclave hace casi un siglo y medio.
Promontory nunca fue un lugar habitado. Solo se pobló cuando las obras del ferrocarril llegaron a la zona y, por consiguiente, el temido Hell on Wheels se instaló en el altiplano. Con este término se conocía al campamento nómada que acompañaba la construcción del ferrocarril y abastecía a los trabajadores de comida y actividades de ocio variopintas. Definido también por los puristas como un antro de indecencia e inmoralidad en movimiento, el Hell on Wheels es otro símbolo más del Oeste americano y representa algunas de las aristas del ser humano en su lucha por imponerse a la naturaleza en un proyecto descomunal para la época.
Recientemente, la cadena AMC ha emitido una serie que recupera el nombre del asentamiento móvil para introducirnos en la historia de Cullen Bohannon (Anson Mount), un ex-militar confederado, que llega a Iowa y se alista para el trabajo en la Union Pacific tratando de descubrir a los responsables del asesinato de su familia. Se trata de una serie magistral que incorpora varios elementos narrativos que desglosan las duras condiciones de vida que tuvieron que afrontar los implicados en esa misión épica.
En la serie también tenemos la oportunidad de descubrir al Vicepresidente de Union Pacific, Thomas "Doc" Durant, interpretado con brillantez por Colm Meaney. Durant fue pionero en aprovechar la construcción del ferrocarril para lucrarse con los bonos de crédito por parcelas de tierra. Detrás de esa supuesta venta legal de concesiones se escondía una trama de sobornos a altos cargos de los Gobiernos de Abraham Lincoln y Andrew Johnson. El Congreso realizó una investigación en 1872 que concluyó con numerosas detenciones y condenas por fraude además de con el desmantelamiento de una trama corrupta que implicaba también a varios congresistas y senadores.
Sobre la serie Hell on Wheels ya tendremos tiempo de hablar más adelante. En la imagen de Google Maps que aparece a continuación podéis ver el aspecto inalterado que sigue guardando el altiplano de Promontory. A veces, los lugares de gran significación histórica no mantienen ningún signo del evento que presenciaron.
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