González Byass sabe lo que hace y aprovechó esta casa palacio de la Puerta de Jerez de la capital andaluza para envolver de solera al evento. No le hacía falta mucho, el ambiente pre-Feria de Sevilla ayuda a ponernos en clima y disfrutar este vino tan particular que inunda la boca de los sevillanos en sus días de fiesta.

La presentación tuvo un crescendo fácil: fuimos probando los vinos en base a su añada para terminar con el Amontillado del Duque, de una sexta saca. El recorrido se hizo casi "al cante" del enólogo de la bodega, Antonio Flores, que sus años de experiencia envejeciendo caldos y oliendo a Jerez, le han dado un arte y un verbo que emociona al oírlo hablar del vino.
"A panadería, a marea baja, y a sal huele este fino", dijo apenas inició su show. Ahí me dí cuenta de que habría espectáculo, y luego de solazarse en el sentir que evocaba el Tio Pepe en rama lo llevó en hondura a enlazarlo con una bulería al cante de los músicos presentes.
El buen gusto fue el toque de esta degustación convertida en espectáculo, que asoció la evolución de los finos a distintos palos flamencos.

