Ahora resulta que el partido popular ha descubierto que hay defraudadores. Vamos que han descubierto América. Pues sí, según dicen 4.500 trabajadores cobraban fraudulentamente (tremendo fraude) el paro y 200.000 ciudadanos han utilizado la tarjeta de pensionista sin serlo, para obtener medicamentos sin pagar. Pues bien, esos son los grandes fraudes de España. Porque ya saben ustedes que:
No es un fraude que tengamos que poner, con el aval del Estado, 100.000 millones de euros por incompetencia y avaricia de los Bancos. Hay que ayudar a las instituciones financieras que todo el mundo sabe todo lo que han hecho siempre por nosotros.
No se vayan a creer que esos 240.000 millones de euros que los expertos dicen que hay en la economía sumergida son importantes. Al fin y al cabo, el 75% de ese fraude es de grandes empresas y de grandes fortunas, y esos, ya se sabe, tienen bula económica.
Tampoco es un fraude que te masifiquen las aulas y que quiten becas. Que aumenten las matrículas de la Universidad el 50%. Y claro el fraude está en los que piden becas y no estudian.
No crean, de ninguna manera, que pagar con impuestos, y luego aplicar un medicamentazo y además sacar más de 400 medicinas, de las más usuales, fuera de la Seguridad Social, es un fraude. Es simplemente una adecuación a las nuevas circunstancias y conseguir así que la sanidad siga siendo pública, porque además para qué utilizar fármacos cuando se pueden utilizar mejunjes naturales.
El hecho de que la ley de dependencia no se aplique más, tampoco es un fraude. Es simplemente que este país ha dejado de tener personas dependientes. Gracias a los ministros y altos cargos piadosos del Opus, Legionario u otras secciones de la Iglesia, se curarán por intercesión del Todopoderoso.
Ni es un fraude no pagar a Hacienda, siendo rico. Es simplemente una ventaja, porque ahora se legaliza todo pagando un mínimo 10%. Para eso están las amnistías.
Lo de la subida de los productos energéticos de más del 60% en los últimos años tampoco es un fraude. Es una necesidad, hay que ayudar a estas multinacionales, no vaya a ser que las pobres no obtengan todos los beneficios que obtienen y tengamos que rescatarlas.
Tampoco lo es que tengamos que ayudarlas con 290 millones a las autopistas de peaje privadas . Eso es lo mínimo que podemos hacer por estos bienhechores. La mayorías de estas concesionarias privadas pertenecen a las grandes constructoras, esas que tanto bien han hecho en este país con la burbuja inmobiliaria y, naturalmente, hay que ayudarlas.
El hacer políticas de recortes sin dedicar ni un euro a incentivar el crecimiento no es un fraude. Es una necesidad que nos viene impuesta por nuestros queridos amigos ‘los Mercados’.
Tampoco es un fraude que lo los ingresos que declaran de media los empresarios sean unos 11000 euros anuales, mientras que los de los trabajadores y pensionistas son 19.400.
Como no es un fraude la Gürtel, ni tampoco lo que ha hecho Carlos Fabra u otros peperos de nuestra geografía. Ni que los multimillonarios jugadores de la Roja coticen fuera de nuestra frontera y no paguen un euro de impuestos en su país.
Eso por hablar sólo de los ‘no-fraudes económicos’, que podríamos hablar también de los ‘no-fraudes institucionales o democráticos’.
El problema de este país es que 4.500 trabajadores cobraban del paro indebidamente y, que dicen sin que lo hayan demostrado, que 200.000 ciudadanos se han beneficiado de la tarjeta de pensionista de la Seguridad Social y han obtenido medicamentos gratis. Eso es lo importante. A esos hay que fusilarlos. Los otros fraudes, los que no son, esos son gajes del oficio. Naturalmente del oficio del mangoneo, la corrupción y el latrocinio.
Salud y República