Lo que fue parte del palacio de Carlomagno a inicios del siglo IX hoy se integra en la catedral de Aquisgrán. Los trabajos en mosaico de los decoradores bizantinos con su brillante policromía dejan asombrados a los visitantes. Nuestra mirada matemática se fija en sus números y proporciones (una cúpula octogonal y un deambulatorio decaexagonal) pero sobre todo en los frisos geométricos que buscan dar sensación de profundidad.
Los mosaicos romanos utilizaban profusamente frisos y teselaciones que conseguían efectos espaciales pero en pocos sitios hay tal variedad, cantidad y riqueza de materiales; todo ello hace que la Capilla Palatina no desmerezca sino que supere a San Vital de Rávena, su modelo.
La pintura románica seguirá estos modelos pero pocas veces con tal variedad y riqueza. La selección de imágenes hablan por si mismas.