Una investigación del Instituto Español de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) publicada en el Journal of Hazardous Materials ha demostrado que muchas de las partículas metalíferas que lleva el humo de los fuegos artificiales son bio-reactivas y pueden afectar la salud humana.
Los diferentes colores y efectos de estas exhibiciones se consiguen gracias a la adición de metales en la pólvora.
Cuando se produce el espectáculo pirotécnico se origina mucho humo y se liberan diminutas partículas metalíferas, lo bastante pequeñas como para ser inhaladas profundamente en el pulmón. Esto supone un riesgo para la salud, y probablemente los efectos son más agudos en personas con antecedentes de asma o problemas cardiovasculares.
Los investigadores encontranron más de 30 elementos y compuestos químicos en el aire como plomo, cobre, estroncio, potasio y magnesio tras los fuegos.
Cuánto menos te expongas al humo, menos efectos negativos tendrá para la salud, por lo que la mejor solución es evitar inhalarlo.
Según los científicos, a menos que se prohíban los fuegos artificiales, los espectadores deben colocarse en un lugar no afectado por la llegada de las emisiones y prestar atención a la dirección del viento.
Además es aconsejable que las exhibiciones se sitúen de tal forma que el penacho de humo se aleje de las zonas densamente pobladas.