Marc Márquez celebra su noveno triunfo con su equipo - Foto: Repsol.
Por más que hayamos visto de todos los colores y formas, los fuegos artificiales siempre nos sorprenden porque pintan y rellenan el cielo con gracia. Es una fiesta en las alturas, como las acrobacias de aviones. Abajo, en la tierra, Marc Márquez (Cervera, Lleida, 1993) consigue ese efecto: sorprende, a pesar de que haya ganado las nueve carreras del curso, acumule cinco triunfos seguidos en Sachsenring, 15 victorias y 25 podios en 27 carreras. Sorprende porque tras ganar en Alemania se pone a celebrarlo con los comisarios, siempre tan olvidados, al ritmo de fuegos artificiales. Porque no le inquieta partir desde el pit lane en la salida más alternativa de los últimos tiempos y tarde únicamente cinco vueltas en superar a los nueve pilotos que sí habían salido desde la parrilla. El último escollo para Márquez, Stefan Bradl, que vio cómo le hacía un interior. Marc Márquez fue un cohete humano, inalcanzable para su compañero Dani Pedrosa, al que distanció definitivamente en los últimos giros, y a Jorge Lorenzo, tercero en su tercera presencia en el cajón de la temporada. Aunque Marc Márquez, al que varios periodistas guasones le preguntan si se ha planteado correr en Moto2, se reivindica con una sonrisa: "Cada carrera es diferente y difícil, aunque no lo parezca. Trabajo muchísimo". Es el mismo que advierte que para reconocer bien la pista tiene que caerse, y lo hizo el viernes. Un trompazo sin consecuencias que sólo captó la fotógrafa Bonnie Lane. El mismo al que no le descolocan los elogios ni llegar al ecuador de la temporada y las dos semanas de vacaciones con 72 puntos de colchón con respecto a Pedrosa. "No hay que decir nada más", resuelve su hermano Àlex. "Marc", contó en Laguna Seca el año pasado Rossi, cuarto en Sachsenring, "es como yo, pero mejorado. Es el nuevo modelo. Tiene el potencial para ser el mejor de la historia. Es pronto para decirlo, pero tiene el 100% de opciones de serlo". Ajeno a todo a toda el estruendo que genera, Márquez colgó la foto que ilustra esta crónica en su Twitter con un escueto comentario: "¡Vamos! Because I'm happy :) [porque soy feliz]".