El libro “The Cats of Wildcat Hill” comprende fotografías realizadas por Edward Weston, así como textos suyos y de Charis Wilson, su compañera y colaboradora. Son fotos de los numerosos gatos que vivían en su casa situada a unos ocho kilómetros al sur de Carmel, California, y a la que llamaron “Wildcat Hill” (Monte gatos asilvestrados) por todos los gatos que decidieron asentarse allí. Hicieron construir la casa en una parcela perteneciente al padre de Charis en 1937. Es obvio que Edward Weston amaba a los gatos, y que su compañera compartía ese amor.
Portada del libro
El libro fue publicado en 1947 por la editorial Duell, Sloan and Pearce. En circunstancias normales, antes de redactar una reseña sobre un libro, intentamos hacernos con él y leerlo. A veces solo conseguimos libros de segunda mano porque ya no se publican, pero algo encontramos. En este caso, solo existen ejemplares usados, pero nos detuvo el precio. Indagando en Internet descubrimos que el ejemplar más barato cuesta 125 dólares y el más caro, 2.500, sin gastos de envío. Pero después de mucho buscar, encontramos un enlace con unas pocas fotografías del libro que incluimos aquí, las enmarcadas con un título en inglés. Por cierto, el precio original del libro era de 3,75 dólares.
“Wildcat Hill” consta de unas 90 páginas divididas en once capítulos, entre los que encontramos títulos como “Génesis”, el capítulo 1, claro. O también “Interludio aromático” (el cuarto), que casi no nos deja duda en cuanto a su contenido. Por las fotos deducimos que Edward Weston y Charis Wilson no esterilizaban a sus gatos. El sexto se llama “El fin de un tirano”, ¿uno de los gatos intentó dominar a los demás? Y el décimo, “Decadencia y caída”, que nos sume en un mar de dudas.
Nicky
Reproducimos lo que quizá sea una de las primeras páginas del libro, con la foto de Nicky y una leyenda que reza: “Un personaje complejo y débil que padecía, entre otras cosas, de ofidiofobia”. A la izquierda de la foto, los axiomas de Nicky: 1. Cualquier gato nacido aquí está bien; 2. Hay que pelearse con cualquier gato que no haya nacido aquí, excepto si es muy grande, y 3. Hay que pelearse con cualquier gato que haya nacido aquí, pero que haya decidido irse aunque sea mi hermano, excepto si es muy grande.
Edward y Charis con gatos
También está la foto del “refugio” Frank Lloyd Wright, llamado así, suponemos, en honor al famoso arquitecto, a pesar de estar hecho de cajas de cartón. Hay que tener en cuenta que en Carmel no llueve mucho y tampoco hace frío.
Edward Weston está considerado uno de los maestros de la fotografía del siglo XX. Nació en Highland Park, Illinois, el 24 de marzo de 1886 y creció en Chicago. Tenía 20 años cuando fue a visitar a su hermana May a California y decidió quedarse. En 1909 se casó con Flora Chandler, que había heredado una suma de su padre y Weston pudo dedicarse completamente a la fotografía. Tuvieron cuatro hijos. Su estudio funcionaba bien y ganó varios premios profesionales. En 1913 conoció a Margarethe Mather, con la que mantuvo una intensa relación profesional y amorosa.
El refugio Frank Lloyd Wright
En 1923 se trasladó a Ciudad de México y abrió un estudio con su asistente y amante Tina Modotti, que le sirvió durante varios años de modelo para sus desnudos. Allí conoció y fotografió a grandes artistas, como José Orozco, David Siqueiros y Diego Rivera. Regresó definitivamente a California en 1926 y expuso varias veces con su hijo Brett antes de dedicarse a lo que realmente le dio fama, la fotografía de objetos naturales, desnudos y paisajes.
Padre e hijo abrieron un estudio en San Francisco y al año siguiente se mudaron a Carmel, donde empezaron a fotografiar la zona de Punta Lobos. En 1932 fundó el grupo f/64 con Ansel Adams, Willard Van Dyke, Imogen Cunningham y Sonya Noskowiak.
Johnny
A principios de 1934 conoció en un concierto a Charis Wilson, cuya belleza y personalidad le cautivaron de inmediato, tanto que escribió: “Un nuevo amor ha entrado en mi vida, un maravilloso amor que, me parece, aguantará el paso del tiempo”.
Empezó a tener serias dificultades económicas a partir de 1935, año en que Charis Wilson consintió en vivir con él. Por suerte, en 1937 fue el primer fotógrafo que consiguió una beca Guggenheim, que ascendía a 2.000 dólares, lo que les permitió comprar un coche y pasar doce meses recorriendo Estados Unidos. Le otorgaron otra beca Guggenheim al año siguiente y usó parte del dinero para construir la casa de Wildcat Hill.
La casa
La gatera
No se instalaron allí definitivamente hasta el ataque a Pearl Harbor en 1941, año en que se prohibió el acceso a Punta Lobos, donde había realizado la serie de magníficos desnudos de Charis. Entones se dedicó a fotografiar los alrededores de Wildcat Hill y a sus numerosos gatos.
Los gatos Bodieson, Sidney, Roger, Prince, Kitt, John y Marco Polo (1944)
Los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson, que acabaría impidiéndole trabajar, aparecieron en 1945. Empezó a alejarse emocionalmente de Charis y se separaron. Edward Weston volvió a Glendale para trabajar en el estudio que compartía con su hijo Brett. Sin embargo, a los pocos meses, Charis Wilson le vendió el terreno, y el fotógrafo regresó a Wildcat Hill junto a sus gatos.
Sus últimas fotografías fueron tomadas en 1948 en Punta Lobos con la ayuda de sus hijos Brett y Cole, y de su asistente Dody Thompson, que se casó con Brett en 1952. Falleció en Wildcat Hill seis años después. Sus cenizas fueron esparcidas en la playa Pebbles de Punta Lobos, que posteriormente fue rebautizada como playa Weston.