El género de terror había estado muy presente en los inicios del cine, desde Méliès. Sin embargo, con la llegada del sonoro, las pelis que seguían esa misma temática quedaron anticuadas y, en vez de provocar miedo, hacían reír al publico. Pero la Universal se iba a encargar de cambiar eso. Le encomendó al director Tod Browning la realización de un film sobre el famoso y sanguinario Conde Drácula. El actor elegido fue el camaleónico Lon Chaney, pero su fallecimiento hizo que el papel pasase a manos de Bela Lugosi. El éxito de la combianción de la gran labor del director y la increíble interpretación de Bela Lugosi como el Conde hizo que el género resurgiese y la Universal se lanzase a producir films de este tipo.
La mayoría de las películas estaban basadas en novelas o textos originales y en los personajes literarios más conocidos y populares. Pronto se estableció una rivalidad entre dos de los mejores directores de este genero: Tod Browning y James Whale. Ambos resucitaron las películas de terror con films como: El Dr. frankenstein (Whale, 1931), que lanzó, irremediablemente, a Boris Karloff al estrellato; Drácula (Browning, 1931); El hombre invisible (Whale, 1933); La novia de Frankenstein (Whale 1935), que supera ampliamente a su predecesora; o La parada de los monstruos (Browning, 1932), obra maestra del género.Estos dos genios del cine nos regalaron una amplia filmografía y se encargaron en su momento de resucitar un género que necesitaba una renovación urgente. Con artistas como estos dos directores y películas como las mencionadas es como el arte del cine va avanzando y ofreciendo continuas renovaciónes; porque si hay un arte dinámico ese es, sin duda, el cine. Os recomiendo encarecidamente ver las películas que he mencionado antes, ya que son una pequeña parte de la historia de este arte.