Un estudio del
Instituto de Investigación Scripps reporto que la miosina IIA da a los glóbulos
rojos su forma distintiva. Los hallazgos, publicados en la revista Proceedings
of the National Academy of Sciences PNAS,
podrían arrojar luz sobre las enfermedades de células falciformes y otros
desórdenes en los que se deforman los glóbulos rojos. El equipo utilizó
microscopios avanzados en Scripps Research para capturar imágenes en 3D que
muestran la miosina IIA debajo de la membrana celular y encontraron que esta se
ensambla en estructuras con forma de barra llamadas filamentos. Las regiones
especializadas en ambos extremos de los filamentos de la miosina IIA pueden
tirar de una proteína estructural asociada a la membrana llamada actina para
controlar la rigidez de la membrana celular. El equipo luego trató los glóbulos
rojos con un compuesto llamado blebbistatin, que evita que la miosina funcione
correctamente y descubrieron que las células tratadas perdían su capacidad de
mantener una forma y se veían flojas e insalubres. Esto confirmó además que la
miosina IIA es importante para mantener la forma de los glóbulos rojos. El
estudio sugiere que las células usan un proceso llamado fosforilación para
hacer que los filamentos de la miosina IIA en la membrana celular sean más
estables, pero la forma en que se controla este proceso sigue siendo un
misterio. Los investigadores esperan aprender avanzar en la investigación sobre
qué regula la actividad de la miosina IIA en los glóbulos rojos e incluso en
otros tipos de células, como las neuronas.