Revista Comunicación

Los gobernadores de Trump

Publicado el 06 junio 2022 por Jamesnava123

Al margen de las elecciones midterm al Congreso, en noviembre de este año, se disputan 36 carreras para gobernadores. Su importancia es muy elevada, en tanto que los gobernadores gestionan asuntos trascendentales de los estados, como supervisar la integridad electoral, políticas de impuestos, educativas, económicas, sociales, etc.
A partir de mayo, el mapa estadounidense queda así: hay 28 estados con gobernadores republicanos y 22 estados con gobernadores demócratas. Que la mayoría tengan gobernador republicano es un indicativo de que los votantes son conservadores en la mayor parte del país.
No escuchamos demasiado acerca de estas elecciones porque a los medios no les interesa ponerlas bajo el foco de la atención ciudadana. Sin embargo, las carreras a gobernador pueden ser tan cruciales como las carreras para la Cámara de Representantes y para el Senado.
Donald Trump, en su papel de aliado formidable y crucial, ha seleccionado a algunos candidatos y a algunos gobernadores en ejercicio para concederlos su respaldo público. Los elegidos representan estados decisivos: Ron DeSantis para la reelección en Florida; Greg Abbott para la reelección en Texas; Henry McMaster para la reelección en Carolina del Sur; Doug Mastriano candidato aspirante a gobernador en Pennsylvania; Dan Cox candidato aspirante a gobernador de Maryland; Joe Lombardo candidato aspirante a gobernador de Nevada; Kari Lake candidata aspirante para gobernadora de Arizona; Sarah Huckabee Sanders candidata aspirante a gobernadora en Arkansas; Kevin Stitt para la reelección como gobernador de Oklahoma; Kristi Noem para la reelección como gobernadora de Dakota del Sur; Derek Schmidt candidato aspirante a gobernador de Kansas; Mike Dunleavy para la reelección como gobernador de Alaska; Tim Michels, como candidato aspirante a gobernador de Wisconsin, y Kim Reynolds como gobernadora de Iowa.
El apoyo de Trump ya resultó clave en la elección de Glenn Youngkin como gobernador de Virginia en noviembre de 2021, demostrando así que es posible ganar a los demócratas incluso en su propio terreno cuando se celebran elecciones transparentes y sin trampas.
En el actual tablero político, hay varias carreras a gobernador en las que Trump y el movimiento MAGA deben centrarse prioritariamente: Florida, Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Nevada, Texas, Carolina del Sur y Arkansas.
Los republicanos inspirados por Trump que aspiran a gobernador o a la reelección pueden tener un papel determinante en las políticas estatales y en las elecciones presidenciales de 2024, en las que previsiblemente Trump necesitará de su ayuda para que se celebren con integridad y sin amaños demócratas.
Nuestra atención y esfuerzos deben centrarse en conseguir que Dog Mastriano gane en Pennsylvania; Kari Lake en Arizona; Greg Abbott sea reelegido en Texas; Henry McMaster reelegido en Carolina del Sur; Ron DeSantis reelegido en Florida. La carrera para gobernador de Michigan también es importante. El ganador de las primarias republicanas que se celebrarán el 2 de agosto se enfrentará a la desastrosa gobernadora demócrata Gretchen Whitmer en noviembre. En este estado, Trump aún no ha respaldado a ningún candidato, pero ha hecho algún acto de recaudación de fondos con la candidata Tudor Dixon en Mar-a-Lago el pasado febrero, que es quien lidera la primaria por ahora con un 45% de la intención de voto frente a Kevin Rinke y Ryan Kelley.
Otra carrera decisiva se produce en Wisconsin, cuyas primarias republicanas serán el 9 de agosto. Trump ha respaldado al empresario Tim Michels como candidato a gobernador. Tanto en Michigan como Wisconsin, el poder del establishment del Partido Republicano en enorme y está dirigiendo las carreras de varios candidatos afines para alzarse con la victoria. Trump apuesta por dos candidatos competitivos que son verdaderos creyentes de su agenda America First.
El panorama general es favorable a los candidatos republicanos en la mayoría de los estados, pero debemos fijar nuestra atención en aquellos que son determinantes en las elecciones presidenciales, porque sus votos electorales podrían ser decisivos para una tercera victoria de Trump en 2024; es decir: Pennsylvania, Arizona, Michigan, Wisconsin, Florida, Georgia, Carolina del Sur, Ohio y Texas.
De ellos, Trump tiene bastante garantizada la victoria de sus candidatos en Florida, Texas y Carolina del Sur. En Ohio y Georgia han ganado sus primarias los gobernadores republicanos Mike DeWine y Brian Kemp, respectivamente, apoyados por el establishment del Partido Republicano, pero no por Trump. Por consiguiente, sus lealtades y comportamiento son una incógnita cuando se trata de tomar decisiones valientes que afectan a Trump y al movimiento MAGA.
Debido a la trascendencia de las elecciones a gobernador de noviembre, Trump está acelerando la celebración de mítines en esos estados clave y en los que compiten candidatos respaldados expresamente por él y, sobre todo, allí donde hay carreras muy disputadas.
Trump está sabiendo capitalizar el impulso de una gran ola conservadora que permitirá controlar de nuevo el Congreso y las excelentes políticas que están desempeñando los gobernadores republicanos en ejercicio. Así, 9 de los 10 estados con mayor crecimiento de ingresos están liderados por gobernadores republicanos. Los 10 estados con menor desempleo también están liderados por gobernadores republicanos, mientras que 9 de los 10 estados con mayor desempleo son liderados por gobernadores demócratas. 21 de los 25 estados con las tasas de desempleo más bajas están liderados por republicanos. Estos son datos verificables que conocen los ciudadanos que votan. También son mayoría los estados con gobernadores republicanos los que están aprobando leyes en apoyo de la cultura pro vida y para restringir el aborto todo lo posible, que es una tendencia aprobada por la mayoría de los ciudadanos. O los que están combatiendo el "woke", la teoría crítica de la raza, el adoctrinamiento en las aulas y las empresas, etc, como lo hacen Ron DeSantis en Florida, o Kristi Noem en Dakota del Sur.

gobernadores Trump

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A pesar de la importancia de estos estados, Trump no olvida que son 36 las carreras a gobernador (más otros 3 territorios), y quiere a todos luchando contra la agenda globalista y socialista del Partido Demócrata. Conocedor de las políticas estatales, sabe bien que la mejor manera de ayudar a sus candidatos a ganar en sus estados es no inmiscuirse demasiado y dejarlos suficiente margen de actuación. Respaldos, sí, control directo de sus campañas, no. Trump ha fijado, eso sí, unos parámetros generales, entre los que destaca uno de los desafíos más importantes: salvar nuestra democracia de la erosión a la que la están sometiendo los políticos del Partido Demócrata. La idea es que votar candidatos de Trump, significa salvar la democracia y el país de la destrucción socialista demócrata en curso.
Para ello debemos garantizar las victorias de gobernadores republicanos en estados cruciales y en otros que no lo son tanto, pero que se mantienen conservadores pese a las corruptelas del Partido Demócrata y que tienen gobernadores y legislaturas republicanas, como Maryland, Massachusetts, Vermont, etc.
No podemos descuidar Maryland y Massachusetts, que eligen también un nuevo gobernador, ya que Larry Hogan y Charlie Baker tienen mandatos limitados. Ambos estados han sido gobernados por republicanos durante los últimos ocho años. Sin embargo, los votantes de ambos estados prefieren a los candidatos demócratas a nivel presidencial.
El panorama demócrata refleja bien la situación actual. El bajo índice de aprobación y el negativo desempeño electoral de Biden son menos relevantes para las carreras para gobernador que en el Senado o la Cámara de Representantes. Aun así, el estado de ánimo del electorado nacional hacia los demócratas es sombrío y les va a perjudicar porque está arrastrando a los votantes hacia posiciones conservadoras. Cuatro gobernadores demócratas están en más problemas de lo que sugieren sus resultados anteriores, comenzando con Tim Walz de Minnesota y Michelle Lujan Grisham de Nuevo México. La gobernadora Janet Mills de Maine y la gobernadora Gretchen Whitmer de Michigan corren un peligro aún mayor.
En Oregón, donde la gobernadora Kate Brown tiene un mandato limitado, se ha convertido en una carrera abierta y más competitiva. El estado no ha elegido a un gobernador republicano desde 1982, pero la elección actual es lo suficientemente competitiva en las condiciones actuales para dar sorpresas.
Todos los gobernadores demócratas antes citados fueron elegidos con márgenes de más de 5 puntos en 2018, pero sus índices de desaprobación ciudadana se han elevado, en gran parte por la tiranía de las medidas y restricciones sociales aplicadas por la pandemia y por unas políticas económicas nefastas.
Gobernadores como Whitmer de Michigan y Brown de Oregón afrontan un desprestigio enorme y es el momento para que los republicanos les arrebaten el cargo.
Los republicanos deberán dar la batalla si quieren ganar en estados como Nuevo México o Minnesota. Kansas debería caer del lado republicano. El estado está actualmente dirigido por la gobernadora demócrata Laura Kelly, pero esta contienda será muy disputada por el fiscal general Derek Schmidt, respaldado por Trump.
Las primarias continúan de mayo a septiembre, siendo Massachusetts el último estado en establecer a los principales candidatos de los partidos el 20 de septiembre. Eso es exactamente siete semanas antes del martes 8 de noviembre, cuando los votantes deciden quién controlará la Cámara de Representantes de EE. UU., 34 escaños en el Senado y los 36 estados donde el puesto de gobernador está en juego.
En las elecciones a gobernador los temas que centran la atención ciudadana son la elevada inflación, el adoctrinamiento socialista, la censura en los medios y redes sociales, la crisis fronteriza sin control, la guerra cultural y los fracasos de la agenda izquierdista de los demócratas.
En suma, las carreras de gobernadores en 2022 determinarán la dirección de Estados Unidos en los próximos años. El Partido Republicano, y en especial los candidatos respaldados por Trump, están en la vanguardia de la lucha contra la corrupción y la ineficacia de los demócratas y sus políticas que tratan de subvertir la democracia y erosionar la Constitución.
Los republicanos somos cada vez más optimistas sobre la oportunidad de ganar las oficinas de los gobernadores en estados clave y en todo el país. Los gobernadores republicanos pueden marcar la diferencia en 2024 y ayudar al regreso de Trump a la Casa Blanca con políticas de transparencia electoral.

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