Todos corrían para salir en cuadro.
En el cuadrilátero de los "Titanes de la milonga" no había lucha. Gancheador de Once vs. el sobaquero enmascarado se había transformado en dos parejas correctas bailando correctamente su corrección sin alma Deje caer la cabeza y vi que justo encima, en el terraplén habían trazado un camino entre cardos y ortigas, la protección natural anti-colados.
Riquelme, vestido de anfitrión amable respondía a las preguntas del equipo. Otros desconocidos esperaban para la entrevista. A saber de que asilo de nostalgias los habrían sacado.
Pibe Pergamino salio a bailar, aun cuando las tandas proporcionadas por Demento Dijey no entusiasmaban. El Indio Martín llegó con su caballo desde el confín pampeano y sin Laura, la muchacha con la que quise tener algo en tango Divino y se fue con el. No quise preguntar.
"Esto es cartón, y pintura, tan real como un bailarin de postre, Hasta el circo más complejo tiene nostalgias del mono y el payaso, dijo Pelandrun. Nos sentíamos extraños. Entre el C.I.M (concierto Internacional de Milongas y la television nos habían robado la autenticidad. Solo los chorizos, las asaduras, las abundantes bandejas de papa y milanesa, se veían verdaderos. Pedimos el consabido chardonay, la ensaladilla rusa con pollo en hebra, la picada con su lago de mayonesa al centro. Pasadas las doce cuando se fue el ultimo tren turístico uno del equipo televisivo corto la vía con una baliza señalizadora como si fuera a disuadir a aquellos trenes oscuros que pasaban desde el futuro o el pasado. Un segundo después, pitando "Tinta roja" un tren pequeño decorado con cartón y corrugado llego desde el otro lado. Fileteado al costado se leía "El tangueñito" . La Bailarina Vilma Diotudey y su compañero Ruben Cases, se asomaban desde una ventana. Pasaron la rampa de turistas, a pie de parrilla. Era preciso que el tren apareciera desde la bruma choricera y poco iluminada como llegando de post guerra. Las cámaras todas lo siguieron, atravesando rasantes la pista, los bailantes casi en la misma pose de las fotos de facebock, los pasos sacados de un paquete y ensayados a la mañana. El conductor ubico la puerta justo en el sendero libre de cardos. "Invierno" de Canaro se transformo en "Saludos" y la pareja comenzó a bajar por el terraplén. Mire la pista apisonada. Milongueros anónimos se habían dejado la vida en noches y pasos para que esos figurines desplegaran como un ballet erróneo su impostura. Quizá en ese momento todos sentimos que eso era intolerable. A fin de cuentas esa era nuestra milonga, el sitio donde nos sentíamos a salvo de la angustia existencial. Hubo un concierto no planeado de miradas, gestos, cabeceos, movimientos. Como criaturas abisales asomando desde un mundo desconocido la aristocracia del compáś salio a la pista. Borrones de vida y mugre con su estilo gonzo lleno de tachaduras, con su imperfecto paso y su intimo abrazo, con todos los blasones de la supervivencia manchados por la sobras de tantos banqueteos a los que no habían sido invitados comenzo a cadenciar en forcejeo. Los perfectos se vieron abrumados, sumergidos,devorados por la pista anonima y sin espacio para la coreografia. Disgustado el productor hizo una seña, un retroceso. "Paren la ronda! "grito. Vilma lo vio y perdiendo la gracia con la que bajaba, ofendida por los nulos modales y códigos del productor comenzo un retroceso en subida hasta el tren. Al volver el taco derecho se torció y lo siguió el izquierdo. Manoteo desesperada a su pareja, arrastrándolo en un alud humano . Fue tan rápido que solo Pelandrun se movió para poner a resguardo su copa. Levantamos a Vilma como pudimos pero el daño ya estaba hecho: El tobillo derecho se le había torcido y no podía pisar. Hubo corridas, carreras, desmontado de equipo, lamentaciones. Vilma le reprochaba llorando al productor "Como vas a parar la tanda, como vas a parar la tanda?. El tipo se agarraba la cabeza" Pero pedimos permiso. Pedimos permiso al C.I.M" "Que C.I.M. Ni que CIM!. no le pediste permiso al tango pelotudo! "gritó la bailarina con honestidad. Se había prestado a un desatino y estaría sin bailar, por lo menos un mes. Llevaron el tren a la rampa y por allí la subieron, junto con los equipos. Riquelme iba y venia al igual que Pipeta, con una botella de wisky en la mano y tan inútil como los dioses vikingos cuando la ramita de muérdago atravesó a Balder. El tren arrancó, casi dejando atrás el cartón y el corrugado. Piton Pipeta se dolía diciendo "Tantas gestiones y ni las gracias me dieron" Se las hubieran dado si la grabacion del programa se hubiera realizado sin contratiempos? Creo que no. El tiempo del artista siempre es valioso a diferencia del de los comunes, que deben contribuir desinteresadamente a la gloria que so se han ganado por anodinos y molestos. En las pantallas de cubo donde la misma pareja eternizaba la cumparsita en tetravision un gracioso colgó el momento de la caída, grabado por su móvil. Mientras el tango y el cansancio volvían a la pista algunos elementos de bien lo interceptaron y le tiraron el móvil a la sanja.
