Cuando uno pasea por las necrópolis funerarias
de los variados y variopintos cementerios españoles después de todo ese recorrido, uno se encuentra con un finiquito de recuerdos y de imágenes, lo cual resumen muy bien las aportaciones que se hacían algunos días atrás en el Facebook en la Ruta Europea de Cementerios.
Esa colección de misteriosas, figuras de taciturnos rostros, sempiternos centinelas de panteones, y tumbas que permanecen absortos e indiferentes a lo que no es su misión principal ser los custodios del sueño eterno, como así nos explica Juan Antonio Sánchez López ( En el umbral de las tinieblas: la escultura y la poética de la muerte):
“ Estos centinelas de ultratumba permanecen abortos y abstraídos en su pensamiento, hasta el punto de parecer ausentes del mundo e indiferentes a todo y a todos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. por cuanto desde la profundidad de sus ojos entornados, la sorda cavidad de sus oídos, el hermetismo de sus labios cerrados y la indolencia de sus posturas, gestos y modos se muestran expectantes a cuanto les rodea, en la multitud y en la soledad, en la humanidad del día y la oscuridad de la noche” .
“El Angel” exterminador Cementerio de Comillas, Escultura de Josep Llimona i Bruguera
Cementerio de Santoña Cementerio de Biarritz
Cementerio de Cahors (Francia)
Cementerio de Toulouse
Cementerio de Guadalajara
Ángel en el Cementerio de San Juan de Beleño (Ponga)
Está claro que la escultórica funeraria está relacionada con el poder económico de las familias, o sea que serán las acaudaladas y católicos sectores decimonónicos burgueses quienes irán perlando cementerios y catafalcos de apocalípticos figuras en las que destacan los ángeles, en combinación con otras figuras, pero también todo esto tiene que ver con concepciones estéticas, pues hay zonas donde apenas si existen presencias escultóricas, pese a la pujanza de la burguesía, o esta son muy reticentes a grandes esplendores siendo raras las manifestaciones como las que podemos ver en el Cementerio de Comillas. donde se encuentra la mano de un escultor catalán.
Por eso uno se sorprende cuando llega a Logroño, o a los cementerios catalanes y observa la cantidad y cualidad en la presencia escultórica funeraria.
Cementerio de Logroño
Textos y Fotos@ Victor GUERRA