ANTONIO ULLOA
Antonio de Ulloa y Jorge Juan quedarán siempre unidos a la Historia de la Geodesia gracias a la labor fundamental que realizaron en la expedición franco-española para la medición de la Tierra. Ambos marinos españoles calcularon el arco meridiano en Ecuador para determinar la forma exacta de la Tierra.
Pero sus investigaciones no se centraron únicamente en el análisis de la geodesia, la geografía y la orografía de la tierra, también abarcaron otros campos de la ciencia llegando a la mineralogía. Así pues, en 1735, tomando muestras de minerales extraídos en el Chocó (Colombia), Antonio Ulloa descubre la existencia del elemento químico Platina, debido a su parecido con la Plata y que con el tiempo ha sido llamado Platino. Fue el primero en realizar un riguroso análisis y descripción del elemento de número atómico 78. Fue un hallazgo científico singular.
PLATINO
Durante aquel tiempo, el platino fue un metal considerado como basura, en la industria de la extracción del oro era considerado como un metal sin valor durante el proceso de beneficio, incluso los incas ya habían utilizado este metal para fabricar adornos. Pero desde las investigaciones de Ulloa empezó a tomarse como un valioso metal, de hecho en la actualidad sirve como material de fabricación para circuitos electrónicos, como catalizador en vehículos junto con elementos de su misma familia como el paladio y el rodio, e incluso para la industria química y joyería.
Es destacable el gesto que las autoridades españolas hicieron con respecto a este metal, ya que en lugar de crear un monopolio o una industria exclusiva, repartieron muestras del mismo a toda academia científica que solicitase su conocimiento y experimentación. Fue un paso más para el objetivo de fundir y malear el metal de forma más cómoda y útil.
HERMANOS JUAN JOSÉ Y FAUSTO ELHUYAR
A finales de este siglo de la Ilustración, algunos miembros de la Real Sociedad Económica Bascongada Amigos del País efectuaron avances en el tratamiento del platino. En 1778 esta institución fundó el Laboratorio Químico, incorporado al Seminario de Vergara, dedicado al estudio de la química y la metalurgia. En este laboratorio se elaboró la ley de las Proporciones Definidas, se consiguió hacer maleable el platino y forjar diversas piezas, y se descubrió el aislamiento del wolframio. Se trabajaron los aceros y la mejora de las técnicas de ferrerías.
El descubrimiento del mineral Wolframio fue efectuado en 1783 por Fausto Elhuyar y de Suvisa. El wolframio es el elemento químico de número atómico 74 que se encuentra en el grupo 6 de la tabla periódica, y se simboliza con la W.
MINA DE WOLFRAMIO
Fausto Elhuyar era natural de Logroño y profesor de Mineralogía del Seminario de Vergara. Fundó la Escuela de Negocios del Real Seminario de Minería del virreinato de Nueva España, donde desempeñó el cargo de director general durante tres años. Allí encontró un ácido derivado de la wolframita, idéntico al ácido túngstico.
A su regreso a España, en 1783, trabajando en el laboratorio de química de la Sociedad Vascongada, en Vergara, consiguió aislar el nuevo elemento mediante una reducción con carbón vegetal. El hallazgo de un nuevo método de amalgamación permitió el aumento de la producción de plata en México. Ese mismo año los hermanos Elhuyar publicaron Análisis químico del volfram y examen de un nuevo metal que entra en su composición, obra que detallaba sus avances científicos.
ANDRÉS MANUEL DEL RÍO
En aquel Real Seminario de Minería de Nueva España, que dirigió Fausto Elhuyar, desarrolló una brillante carrera científica el madrileño Andrés Manuel del Río. Tras estudiar química, mineralogía y metalurgia en varios centros de Europa, llegó a México donde tuvo la fortuna de colaborar con uno de los más prestigiosos investigadores de la mineralogía, Alexander von Humboldt.
En 1795, publicó Elementos de orictognosia, según el científico alemán es “el mejor trabajo mineralógico que posee la literatura española”.
En 1801, Andrés Manuel describió por primera vez el Vanadio o Eritronio, el elemento químico de número atómico 23, escaso y de compleja obtención, pero de gran utilidad para la preparación de diversas aleaciones.
Había hallado un nuevo elemento metálico estudiando diversas muestras de minerales de México, en este caso analizando un plomo pardo de Zimapán. Tuvo desconfianza en su hallazgo, e incluso creyó que se trataba de un cromo. En Europa fue difícil su demostración como nuevo elemento químico.
VANADIO
Aquel metal se mostraba en una variedad de colores, por lo que decidió denominarlo Pancromio (“muchos colores”, en lengua griega). Cuando observó que sus sales tomaban principalmente el color rojo al ser calentado, cambió el nombre por el de Eritronio (“eritro”, en griego).
Finalmente, el elemento de número atómico 23 tomó el nombre de Vanadio por el químico sueco Nils Gabriel Sefströn, quien redescubrió este metal en 1831 al analizar un mineral de hierro de Taberg. Lo llamó así en honor de Vanadir, una diosa nórdica de la belleza, el amor y la fertilidad.