Revista Salud y Bienestar
Los hematólogos alertan del riesgo de desabastecimiento de sangre en España si se sigue abusando de las transfusiones
Por FatLa hemoterapia o medicina transfusional es una disciplina que engloba todos aquellos procedimientos técnicos que permiten manipular la sangre para llevar a buen puerto determinados procesos quirúrgicos u obtener algún componente concreto. “Antes, todos los hospitales contaban con su pequeño banco de sangre, pero ahora son los centros de hemodonación autonómicos los que tienen el monopolio”, explica el doctor José Antonio García-Erce, del Hospital San Jorge (Huesca). “Los hospitales han quedado únicamente para gestionar la sangre que se les envía cuando es necesario y para realizar tratamientos especiales a sus pacientes, como el intercambio de sangre o plasma”.
Se estima que en España se obtienen anualmente 1.600.000 bolsas de sangre y dos millones de componentes sanguíneos, y se hacen alrededor de un millón y medio de transfusiones de concentrados hematíes (se trasfunde el 95% de lo que se obtiene). “Corremos el riesgo de volver a tener problemas de desabastecimiento si continúan aumentando la oferta y la demanda”, explica el experto. “Hoy en día, en casi todos los hospitales se hacen transfusiones, aunque no todos cuentan con tecnologías para el procesamiento y manipulación de la sangre”, explica. Técnicas como el intercambio de sangre, el recambio plasmático o la obtención y congelación de la médula ósea no están al alcance de todos.
Entre otras demandas, “creemos que la medicina transfusional debería ser una asignatura al alcance de todos dentro de la licenciatura de Medicina y Cirugía, al menos como disciplina de libre elección”, según el doctor García-Erce. Esto contribuiría a paliar el uso inadecuado que se está haciendo de las transfusiones en la actualidad. “Ese abuso genera un mal control de la demanda”, afirma. “Aunque la donación de sangre sea un acto fundamentalmente altruista, no debemos olvidar que la transfusión de una sola bolsa de sangre tiene un coste de 300 a 500 euros; sólo por eso los médicos tendríamos que ser más responsables con la sangre que se nos cede, ya que muchas veces se trasfunde un poco a la ligera”.
-La edad de la sangre, clave para incrementar su eficacia
Otra de las polémicas generadas en torno a la medicina transfusional tiene que ver con la edad de la sangre. “Numerosos estudios muestran una pérdida de eficacia directamente proporcional al tiempo de almacenamiento, lo que incluso se asocia a mayores efectos adversos en el paciente transfundido”, afirma el experto. Por eso, en muchos sitios se está abogando por acortar la caducidad de la sangre, que en el momento actual se sitúa entre los 35 y los 42 días en función del conservante que se utilice. Hay centros que están intentando dar salida a su sangre lo antes posible, pero no siempre es fácil. “Para conseguirlo, hay que lograr un mejor control de los recursos y minimizar al máximo la demanda”.
El modelo de transfusión más rentable es aquel que obtiene alrededor de 100.000 bolsas de sangre al año. El modelo catalán es uno de los mejores de España, ya que cuenta con un solo centro de transfusión que centraliza todo el procesamiento y controla tanto la oferta como la demanda. “Es una locura que haya comunidades autónomas con dos o más, como ocurre en Galicia y Madrid”, comenta el doctor García-Erce. En el caso de regiones más pequeñas, el modelo murciano es el más adecuado. “El banco de sangre se encuentra dentro del Servicio de Hematología del Hospital Morales Messeguer, con lo cual se optimizan al máximo recursos tales como el personal, la tecnología o el conocimiento, y hay mayor implicación en la investigación.
Aragón quiere llegar a las 40 donaciones por cada 1.000 habitantes y año
Con algo más de 47.000 donaciones de sangre por año, la situación de Aragón a este respecto se ha consolidado en torno a las 35 donaciones por cada 1.000 habitantes y año, lo que sitúa a la comunidad ligeramente por debajo de la media nacional, del 38,6. “Se han puesto en marcha diversas medidas para llegar a 40 y conseguir así la autosuficiencia de componentes sanguíneos”, apunta el doctor Fernando Puente, director del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón. En cuanto a la donación de tejidos, “empezamos en 2008 con tejido osteotendinoso y ocular”. Igualmente, este mismo año se ha puesto en marcha el Banco de Leche Humana, con una importante actividad que supera las 300 donaciones a día de hoy.
Además de disponer de la norma ISO, el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón es el único organismo transfusional de la región que cuenta con la certificación CAT, la máxima acreditación de calidad que hay en España para este tipo de actividad. Dicho reconocimiento es otorgado por la Fundación CAT, una entidad que se enmarca dentro de la SEHH. El experto espera que esta certificación se haga próximamente extensible a los servicios de transfusión que hay en la comunidad autónoma. De momento, cuentan con ella 16 centros de transfusión (de un total de 24) y 35 servicios de transfusión. Otros organismos de este tipo cuentan con acreditaciones FACT-JACIE y NetCord-FACT.
El reconocimiento de la Fundación CAT por parte de ENAC se extiende
En 2010, la Fundación CAT alcanzó el reconocimiento de ENAC como organismo internacional de certificación para este tipo de actividad, lo que “podría hacerse extensible a los bancos públicos de sangre de cordón umbilical a finales de 2011”, según comenta la doctora Julia Rodríguez Villanueva, directora técnica de la Fundación CAT. En este momento, hay dos bancos acreditados con la certificación CAT (los de Andalucía y Cataluña) y dos más están en proceso (los de Galicia y Comunidad Valenciana. El CAT también participó en un programa conjunto de certificación de unidades de progenitores hematopoyéticos, de los que se han certificado 15 en toda España y tres están en proceso.
Según la experta, “la acreditación de los diferentes centros y servicios se realiza previa solicitud a la entidad acreditadora, tratándose por tanto de un procedimiento voluntario que requiere la implicación de los profesionales que desarrollan su labor en estos organismos”. En 2010, la actividad de la Fundación CAT se ha incrementado en torno al 40%, y el índice de renovaciones se ha situado en el 55%. “A pesar de la crisis económica, hay una sensibilización importante en torno a este asunto por parte de las autoridades sanitarias, y la motivación del personal responsable de los distintos servicios es grande”, afirma. Todas las certificaciones que hace la Fundación CAT se basan en normas establecidas y estándares de calidad.
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