A Magdeburgo hay que ir para admirar el portal de las Vírgenes Necias y Prudentes de su Catedral, una deliciosa muestra del triunfo del gótico sobre el románico. Nuestra formación físico-matemática hace que la búsqueda de los hemisferios fuera el objetivo principal.
El experimento de los Hemisferios de Magdeburgo en 1656 fue uno de los más espectaculares de la historia de la ciencia, verdadera puesta en escena de la ciencia como escaparate deslumbrante: haciendo el vacío entre dos semiesferas de unos 50 centímetros de diámetro, Von Guericke muestras que ni hombres ni dos tiros con dieciséis caballos eran capaces de separarlos.
Otto von Guericke fue un matemático y jurista que tuvo que hacerse cargo del gobierno de la ciudad tras su devastador saqueo por las tropas imperiales. Su invención de una bomba de vacío muy eficaz hizo posible la célebre experiencia.
Las huellas del experimento se encuentran en territorios alejados como los azulejos jesuíticos de Évora. En Magdeburgo los forman parte del paisaje urbano por doquier. Los hemisferios originales de cobre están en Munich.