Revista Cultura y Ocio

Los héroes de Nome

Por Manu Perez @revistadehisto

En el invierno de 1925 una terrible epidemia de difteria se extendió entre los habitantes del pequeño pueblo de Nome. Su única salvación residía en el equipo de mushers o corredores de trineo que habían sido elegidos para transportar las medicinas a través de las heladas tierras de Alaska.

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Inicio de la enfermedad

Nome era un pueblo situado en la península de Seward. Había alcanzado un gran esplendor con la Fiebre del Oro del siglo XIX pero a inicios del siglo XX el oro se había agotado y el pueblo comenzaba a decaer.

En el mes de diciembre de 1924 comenzaron a detectarse los primeros síntomas de una enfermedad que pondría en grave riesgo la vida de su población. Se trataba de la difteria, una enfermedad extremadamente contagiosa y con un alto índice de mortalidad entre los ancianos y niños menores de cinco años.

No fue hasta el 20 de enero de 1925 cuando se diagnosticó oficialmente el primer caso de difteria. Pero las pocas reservas de toxina antidiftérica que quedaban en Nome, y que suponían el único remedio para combatir esta enfermedad, habían caducado. Ante el creciente número de afectados George Maynard, alcalde de Nome, declaró la situación de cuarentena.

Petición de ayuda y organización del transporte

El 22 de enero el Dr.Welch envió un telegrama a las principales ciudades de Alaska así como al servicio de Salud Pública de Washington D.C., para informarles a cerca de la desesperada situación que estaban viviendo en Nome:

   Epidemia de difteria casi inevitable aquí STOP Necesidad urgente de un millón de unidades de antitoxina STOP Correo es la única forma de transporte STOP Ya he pedido la antitoxina al Comisionado de Salud del Territorio STOP Hay como tres mil nativos blancos en el distrito.

La respuesta no se hizo esperar. El Servicio de Salud Pública localizó más de un millón de unidades de antitoxina en la costa este que fueron inmediatamente enviadas en barco hasta Seatle. Pero estas tardarían unos quince días en llegar a Seward y la situación en Nome era desesperada. Para el 24 de enero ya se habían producido cuatro muertes, se habían confirmado más de 20 casos de difteria, 50 en riesgo y se calculaba que unas 10.000 personas estaban amenazadas por la epidemia en la región.

El 26 de enero el jefe de cirujanos del Hospital de Anchorage Railroad informó de la existencia en su hospital de 300.000 unidades de antitoxina. Estas no serían suficientes para acabar con la epidemia pero sí para contenerla mientras llegaba el cargamento que había sido enviado a Seatle.

Pero Nome estaba completamente aislada por el hielo y el único medio de transporte posible eran los trineos tirados por perros. Por ello se decidió organizar una carrera por relevos para la que fueron elegidos los mejores mushers de la región. Estos deberían viajar noche y día a través de la llamada Senda o Ruta de Iditarod, en la que quedarían sometidos a bajísimas temperaturas y a condiciones climatológicas extremas.

Para salvar algunos kilómetros, las medicinas fueron empaquetadas y entregadas al conductor Frank Knight, que las trasladó en tren hasta Nenana. Aún así, los equipos de trineos debían recorrer unos 1.000 kilómetros hasta llegar a Nome.

Trayecto a Nome

El 27 de enero el primer musher, William Shannon, partió con las antitoxinas de la estación de tren de Nenana. Su equipo consiguió alcanzar el punto de relevo pero lo hizo en muy malas condiciones. Tres de sus perros no resistieron la dura travesía y él mismo llegó con parte de su cara congelada.

Los siguientes mushers no lo tuvieron más fácil. Las temperaturas rondaban los -60 ºC y sobre ellos cayeron fuertes borrascas y tormentas de nieve que redujeron drásticamente la visibilidad. Aún asi lograron transportar con éxito las medicinas hasta llegar al refugio de Shaktoolik.

Aquí debía recogerlas Leonhard Seppala, el corredor más experimentado y a quien se había asignado el tramo más largo y peligroso del camino. Togo, su perro líder, guió el equipo a ravés de la más absoluta oscuridad y en un solo día logró recorrer unos 135 kilómetros hasta alcanzar el refugio de Isaac´s Point. Tras un breve descanso ascendió los 1.500 metros de la montaña Little Macklinley y descendió hasta el refugio de Golovin donde le esperaba Charlie Olson. Este a su vez entregó las medicinas al último miembro del relevo, Gunnar Kaasen.

Balto, su perro líder, fue sin duda el más famoso de la expedición. Guió con éxito el equipo a través de una fuerte ventisca pero la escasa visibilidad llevó a Kaasen a saltarse el punto en el que debía realizar el relevo. Cuando se dio cuenta de lo sucedido decidió continuar y esto le llevó a alcanzar el siguiente punto de relevo con demasiada antelación. Como el musher que debía sucederle estaba dormido, decidió recorrer en su lugar los últimos 40 km que quedaban hasta Nome.

Kassen alcanzó su destino el 2 de febrero a las cinco de la madrugada y, agotado, se desplomó ante las pocas personas que salieron a recibirle. Antes de caer exclamó “Daam fine dog” (maldito buen perro) en referencia a la extraordinaria resistencia que había demostrado Balto.

Reconocimiento

Los mushers y sus perros realizaron una gesta extraordinaria. Recorieron en tan solo cinco días un trayecto que normalmente se cubría en veinticinco y su esfuerzo permitió salvar cientos de vidas. Su hazaña recibió el nombre de Carrera del Suero o de la Misericordia y sus participantes fueron declarados héroes.

En su memoria se celebra cada año el llamado Iditarod Trail Sled Dog Race y en recuerdo de Balto, así como de todos los perros de la expedición, se construyeron varias estatuas. La más famosa de todas se encuentra en el Central Park de Nueva York acompañada del siguiente lema:

“Dedicado al espíritu indómito de estos perros polares que traspasaron en relevos la antitoxina a lo largo de casi mil kilómetros de ásperos hielos, aguas traicioneras y tormentas de nieve árticas en Nenana para llevar el alivio al desolado pueblo de Nome durante el invierno de 1925”

Autor: Carolina Álvarez Díaz para revistadehistoria.es

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Fuentes

-GONZALEZ, D., Como unos perros salvaron cientos de vidas: La carrera del suero a Nome, fronterasblog.com

-www.baltostruestory.net

-www.misanimales.com/balto–la-historia-verdadera-del-perro-lobo

-www.mundoperros.es/balto-la-historia-real-del-perro-lobo

Race for Life: Balto and the Hero Dogs of Alaska. www.visitnomealaska.com

-www.sibrescue.com/balto

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