El joven David Walia S.F. llega al mundo de los libros con Los hijos del hierro y el fuego, primera parte de la saga Yo, conquistador. 
Se trata de una novela histórica, publicada en la Editorial Círculo Rojo, que nos transporta al Santiago de Cuba, de 1518. Además nos pone en la piel de un grupo de exploradores españoles, de distinta procedencia y condición, que llegan al Nuevo Mundo en busca de fortuna.
Una historia de aventuras que nos descubre multitud de parajes y costumbres desconocidas para la mayoría de lectores. También conocemos la complejidad de unas relaciones sociales basadas en el temor a lo diferente.
Pese a que hay personajes históricos, el autor reconoce -en una nota final- que se ha permitido ciertas licencias creativas a lo largo de los 67 capítulos que componen la obra. Son más de 500 páginas, divididas en 5 partes.
En este punto se encuentra, quizás, la mayor pega que se puede poner a la novela. Es excesivamente larga. Y acabas con la sensación de que el autor podría haber eliminado ciertos pasajes. Aunque entiendo que el autor no querría dejar en el aire la historia de ninguno de los personajes.



