Los hombres anuncio

Uno de estos últimos días he tenido una pequeña conversación sin ninguna importancia con una persona a través de Twitter, una mujer para ser exactos, y en su perfil en lugar de fotografía tenía un cartel, me paré a leerlo y decía así: “Esta persona está en contra del maltrato a los animales”. La verdad es que me quedé muy sorprendido porque lo extraño habría sido que pusiera: “Esta persona está a favor del maltrato a los animales”. Sería extraño y aunque maltratara a los animales no lo publicaría, me pareció una afirmación tan obvia ese cartel, que no entendía el motivo exacto por el que anunciar algo así.

¿Por qué anunciar lo obvio? Que una persona esté en contra del maltrato a los animales es lo más normal del mundo, es como algún que otro cartel que también se coloca la gente como de esta persona está en contra del maltrato a la mujer. ¿Pero alguien en su sano juicio cree que es necesario informar al mundo de algo así? A mi me produce el efecto contrario leer carteles así, me preocupa que alguien tenga la necesidad de escribirlos y que figuren públicamente en su perfil.

Un cartel como ese no es una protesta, es una afirmación, para mi, completamente innecesaria por la obviedad que expresa. No hace falta hacer publicidad y exposición público de algo lógico, yo no voy a ir por la calle con un cartel que ponga, por ejemplo, “esta persona quiere mucho a sus hijos”. Es completamente innecesario que alguien vaya anunciando algo así ni por las calles ni por las redes sociales, es lo lógico, es precisamente lo contrario lo que carecería de toda lógica, pero hay una razón muy de peso en los tiempos que corren para hacer algo así, el caso es quedar bien como sea.

Si, porque queda muy bien hacer ese tipo de afirmaciones, está muy bien visto en esta sociedad un tanto absurda y desquiciada en la que vivimos porque ahora parece que si no vas afirmando algo así y anunciándolo a bombo y platillo es que está completamente en desacuerdo. Hace un tiempo yo ataqué en un artículo a una gente a la que no soporto, a los activistas de Greenpeace, bien los ataques que recibí a raíz de ese artículo fueron algo así como que a mi no me importaba ni el medio ambiente ni la naturaleza y que los de Greenpeace se encargaban de preservarlo. Esa afirmación carece completamente de sentido para cualquier persona normal, y yo me considero una persona normal, alguien normal es alguien a quien le preocupa la naturaleza y el medio ambiente, no sólo aquel que va haciendo apología de ello.

Por hacer apología de algo lógico no es que se esté más de acuerdo que otro que no la hace. Cuando algo es lógico y normal no hace falta hacer apología de ello porque es esa misma apología la que lo convierte en anormal. No hagamos anormal lo normal que ya tenemos suficientes cosas raras a nuestro alrededor.