Los hombres con síndrome de Peter Pan II

Sigamos con la historia de mi Peter Pan. Os comenté que volvió lleno de amor y proyectos de futuro… Convivencia, hijos, viajes…palabras que se llevó el viento un mes más tarde. Pasó del “no sé qué me pasa que cuando estoy con gente, aunque estoy a gusto, miro el reloj continuamente pensando en que cada vez queda menos tiempo para tirarme en el sillón un rato contigo” a mandarme un mensaje un sábado a las 8 de la tarde diciendo que está muy cansado, que cena y se acuesta que no hace falta que vaya a verle, tal y como habíamos hablado.
Porque cuando sales con Peter Pan nunca sabes que va a pasar ni que vas a hacer al minuto siguiente, hacer planes con antelación es algo que le horroriza, una de mis teorías al respecto es que, como siempre esperan algo mejor, una novia mejor, un amigo mejor, un trabajo mejor, por el simple hecho de no querer comprometerse con su presente, el hacer con planes con antelación les altera porque… ¿y si sale otro plan mejor? ¿y si ese día le apetece quedarse en casa tirado? es una mezcla de falta de compromiso y egoísmo, de “yo hago lo que quiero en todo momento”
Cuando estás con un Peter Pan, no puedes tener esquemas preestablecidos, es decir, lo que hoy le parece maravilloso, mañana es una mierda, lo que hoy le parece divertido y gracioso, mañana es ofensivo, por ejemplo, hoy le encanta decir que aunque no vivamos juntos es como si lo hiciéramos porque dormimos todas las noches juntos, pase lo que pase y tengamos planes separados, y mañana le preguntas si le acompañas a un concierto y (palabras textuales) “eres una mochila, todo el día colgada a él”… evidentemente, tu cara de besugo ante semejantes cambios de actitud no tienen desperdicio…
A grandes rasgos esto es una relación con Peter Pan, aunque no puedo olvidar que los momentos buenos son increíbles, y nunca negaré que con mi Peter he vivido intensamente, he compartido muchas cosas y he experimentado sensaciones alucinantes, nos hemos enamorado hasta las trancas y hemos disfrutado mucho el uno del otro…y sobre todo, he conocido un montón de gente increíble y me ha hecho pasar grandes momentos, que no todo fue malo. Pero el problema es que lo malo, es muy malo, la desorientación tuya y las bajadas emocionales de él, hacen pupa…mucha pupa…
Como dice un amigo “como se te ocurre liarte con alguien que viene de un país llamado Nunca Jamás”… visto así…que gran verdad!! En mi caso fue él de nuevo quien terminó la relación esta segunda vez, pero a pesar de lo mal que me lo tomé y de la actitud que tuve de la que no me siento nada orgullosa, esta vez las lágrimas duraron un día y medio porque me di cuenta de que tenía al alcance de la mano las herramientas necesarias para resurgir de nuevo. 
Así como la primera vez sólo podía pensar en que volviera, esta segunda vez se me abren las carnes de pensar que algún día pueda volver (porque todos vuelven, de una forma u otra todos vuelven a nuestra vida con intenciones de…lo que sea, o no?) por lo que siguiendo sus sabios consejos el día que se marchó decidí centrarme en mi misma.
Y ese pensamiento de “ahora tengo que pensar en mí, en estar bien y en cicatrizar lo antes posible” me llevó de nuevo al yoga, sólo que esta vez con otra perspectiva, otra mente, con una necesidad  de implicarme en mi propio bienestar de una forma más activa. Son increíbles los beneficios que en un mes y medio he logrado, evidentemente ya llevaba una base ya que llevo practicando Kundalini Yoga desde hace unos meses, pero en este último periodo de mi vida, al estar más centrada en mí y al tener un objetivo claro (curarme emocionalmente y sentirme fuerte) siento que lo estoy aprovechando más y sacándole todo el partido que pueda.
Me siento más estable, estoy mucho más tranquila, en los momentos de ansiedad, de tristeza o depresión, he aprendido a controlar mis emociones a través de la respiración, hago meditaciones en casa que me “obligan” a buscar al menos 11 minutos al día para mí.  La mente te va cambiando, la manera de ver la vida, te sientes más sólida, más estable, aprendes a disfrutar de las pequeñas cosas y a valorar lo que eres y lo que tienes. Y a esa persona que tanto daño te ha hecho…la comienzas a relegar al espacio que se merece en tu vida…ninguno. Con el tiempo sé que aprenderé a perdonarle, aunque aún no he llegado a ese estado, por lo que prefiero no saber nada de él en mucho tiempo, como si no hubiera existido, aunque a día de hoy, lo poco que pienso en él ya no me genera dolor. Y repito, que sólo hace un mes y medio!!
Así que por todo esto siempre recomiendo a todo el mundo que se plantee la posibilidad de practicar Yoga, ya que en la sociedad actual en la que priman las cosas materiales, egoísmo, estrés, posición social y en la que las personas hemos sido relegadas al rango de “cosas” (eres útil o no lo eres) encontrar una práctica cuyo único objetivo es llenarte de felicidad, pensamiento positivo, estabilidad y guiarte en tu búsqueda del bienestar se hace algo necesario y primordial… Mis amigos suelen decirme “es que yo soy muy nervioso y no me siento capaz de estarme quieto una hora y en silencio” y yo siempre digo lo mismo, “una clase de Kundalini no es estar hora y media sentados meditando…pero nunca digas “no me siento capaz” si no lo has experimentado. Como dice mi maestro Lakhmi Chand, hay que experimentar, es la única manera de encontrar el camino”.
-Padmani kaur-