Revista Opinión
No lo digo yo, eh? Que estaba escrito en un cajero de la calle Toledo, pero la verdad es reconfortante que lo reconozcan en la calle, así en publico a primera hora de la mañana de este sábado madrileño, cuando vas a consultar como anda la cuenta, que te reciban así, pues te entona el cuerpo, es como cuando le pones unas goticas de orujo al cafe, te entonan para todo el día.