Miles de estadounidenses se casan en la 'iglesia elvisiana' con una de las reencarnaciones de Elvis como oficiante
En Estados Unidos es una profesión respetada y sindicada: ‘Elvis Presley impersonator’, o sea, imitador de Elvis. Pero la cosa va más lejos, puesto que, según la legislación de allá, el Elvis falso está incluso legitimado para oficiar bodas perfectamente válidas. Lo que ocurre ahora es que los propietarios de la imagen del rey se han cansado de que los imitadores ganen pasta aprovechando el tirón que aun tiene Presley
Algo tiene la figura de Elvis Presley que sigue cautivando tanto tiempo después de su muerte. No se trata ya de su enorme personalidad y talento a la hora de cantar, sino de su imagen, su figura, su presencia inolvidable y tan fácil de reconocer. Muchos otros cantantes con una estampa distintiva han muerto jóvenes y en circunstancias no totalmente claras, sin embargo, sólo la reproducción de Elvis se mantiene en el tiempo. Algo tendrá el agua cuando…
En las últimas fechas se ha sabido que la empresa que controla los derechos de imagen de Elvis Presley, la Authentic Brands Group, se puso en contacto con un buen número de empresas y ‘autónomos’ de Las Vegas, a quienes amenazó con emprender acciones legales si continuaban usando, sin permiso ni licencia, los artículos y marcas registradas, los nombres ‘patentados’ como ‘Elvis’, ‘Elvis Presley’ y ‘The King of rock and roll’, la imagen y todo lo que está protegido por las leyes de la propiedad intelectual. Entre los más afectados por la amenaza están los que viven de los espectáculos imitatorios o de casar a las parejas en nombre de Elvis.
Realmente las hipotéticas demandas tendrían pocas probabilidades de sentencia favorable según las leyes del estado de Nevada, a pesar de lo cual los oficiantes de capillas con tupé y exagerado traje blanco con lentejuelas están lo que se dice acongojados. Uno de ellos, de nombre Jesse Garon, afirma que tener que dejar de oficiar bodas en traje de Elvis lo llevaría a la ruina, pues ese es su medio de subsistencia; y es que este ‘impersonator’ de Las Vegas declaró que oficiaba nada menos que ¡650 bodas al año!: “las bodas son alrededor del 80% de mi negocio”, afirmó. Cada boda de este tipo cuesta entre 550 y 700 dólares, aunque las hay por menos, desde 150, pero sin tanto encanto, sin toda la parafernalia.
Otro ‘Elvis’ que no se fía de las acciones de la empresa que tiene los derechos, Harry Sahoian,declaró: “Las capillas para bodas están abiertas los 365 días del año, puesto a la gente le vuelve loca que sea Elvis quien los case; el último domingo oficié 22 ceremonias, he llegado a hacer más de 30 en un solo día y más de 100 en una semana. Y la primera condición que ponían las parejas era, claro, el traje y toda la iconografía Elvis”
La cosa ha llegado a la esfera política; la alcaldesa de Las Vegas, Carolyn Goodman, afirmó con rotundidad: “Tenemos una industria de bodas que ha pasado por malos momentos a causa de la pandemia y la consiguiente caída de la actividad económica. Por eso, una medida como esa sería devastadora para toda la gente que trabaja en esa industria. La empresa propietaria de los derechos debería pensar más en las personas y menos en el beneficio”.
La empresa propietaria, ABG, explicó que su intención no es terminar con las ‘bodas Elvis’, sino que pretende “tener control sobre el uso del nombre, la imagen y la semejanza de Elvis, y para ello lo mejor es que los imitadores tengan licencia y autorización oficiales”. Esto viene a suponer que quienes quieran casar o cantar metidos en los trajes del rey tendrá que sacarse el carnet oficial y, claro, pagar por ello.
Pero los afectados no tienen tan claro que haya que pagar por vestirse, peinarse y actuar como Elvis. Así, Ben Lehavy, que tiene tres capillas ‘elvisianas’, proclamó que “pienso que el término Elvis se ha convertido ya en algo genérico, como aspirina, celofán, escalera mecánica o hielo seco, términos que ya son tan populares que han dejado de identificarse con la marca a pesar de que en principio fueron eso, marcas registradas”.
Este sacerdote de la ‘congregación Elvis’ se mostró pesimista: “No se sabe qué es lo que pretende lograr ABG con una medida como esta”.
El rey siempre estará presente por más años que pasen. La suya es, sin duda, una de las imágenes del siglo XX, uno de los máximos representantes de esa centuria. Hay otras figuras emblemáticas, claro, pero pocas tan identificables y ninguna que siga viviendo en sus muchísimo imitadores.
CARLOS DEL RIEGO