
Los preparativos de las vacaciones navideñas me pillaron inmersa en la lectura de una novela para la que arañaba minutos en cualquier momento a pesar de que en un principio había pasado totalmente desapercibida para mí. Afortunadamente la nota de prensa que recibí le puso remedio y me animé con el que ha sido un libro muy satisfactorio. Hoy os hablo de Los impostores.
Mi opinión
Diez años después de acabada la guerra civil la detención de Albert, un joven trabajador de una imprenta, por la Brigada Político-Social vuelve a entretejer las vidas de Dora, Miquel y Bonaventura, mientras se prepara un atentado para acabar con la vida del general Franco en su visita a Barcelona el 31 de mayo de 1949.
Narrada a dos tiempos y en dos escenarios, la Barcelona de 1949 y el campo de Argelès sur Mer en 1939, Los impostores es una de esas novelas que llegan despacio y sin estridencias para ir ganándose, poco a poco y paso a paso, la categoría de lectura imposible de soltar. Para ello uno de sus puntos fuertes es el magnífico elenco de personajes rotos y vidas construidas a golpe de secretos que permite al lector transitar por la existencia de los perdedores que han tenido que reconstruir su vida como han podido, dejando atrás en muchas ocasiones lo que fueron y renunciando a sueños que ya nunca volverán. Con ellos vivimos la angustia y la frustración, pero también las ganas de vivir y salir adelante porque Los impostores es, ante todo, una novela sobre personas dispuestas lo que sea para conseguir sobrevivir y salir adelante, de personas que, llevadas al límite, toman decisiones que ni ellos mismos jamás se plantearon.
Pilar Romera nos traslada a través de las páginas a una atmósfera construida con detalle y mimo gracias a la que sin duda fue una ardua labor de documentación de modo que tanto la Barcelona de 1949, con sus miserias y sus bajos fondos, como el atestado e infrahumano campo de Argelès en 1939, se dibujan con trazo firme en nuestros ojos de forma que parece vivamos más que leer los acontecimientos que se nos narran. La autora nos dibuja una sociedad de contradicciones, de falsedades e hipocresías, de miedos e imposturas habitada por gente corriente en una lucha y una huida continuas, personajes que no son ni totalmente buenos ni completamente malos, sino que se mueven en esa amplia escala de grises que colorea la vida de cualquier ser humano.
Y todo ello nos lo cuenta la autora con una prosa tan cuidada como culta y un estilo elegante que convierte la lectura de Los impostores en un deleite para aquellos que disfrutamos de las buenas historias narradas con talento y esmero.
En definitiva, no puedo más que recomendar la lectura de Los impostores, una novela sobre la lucha por sobrevivir y seguir adelante, habitada por magníficos personajes y narrada de forma exquisita.
