Los Indignados caminan sin complejos

Todo empezó hace dos meses y medio. Sin embargo, a los pocos días ya se les estaba pidiendo efectividad. Y empezó un ataque directo desde la derecha mediática, les dijeron de todo, insultándoles, y tratando de hacer ver su incapacidad, su ineficacia puesto que sus reuniones no se concretaban y eran un fin en sí mismas. Siempre pensaron que el movimiento 15-M iba a durar dos días, y que se trataba de unos “pobres perroflautas” dirigidos por la izquierda para incordiar y combatir al Partido Popular. Han sido tratados con desprecio y se ha manipulado sus actividades.

Sin embargo, ahí siguen, sin pausa, midiendo los pasos, al margen de los partidos. Ya han celebrado multitud de manifestaciones y de asambleas, han demostrado que una organización puede funcionar democráticamente y de forma horizontal. Muchos indignados han venido desde distintos puntos para confluir en la Puerta del Sol y manifestar su protesta y comunicar sus reivindicaciones. Han protestado delante del Congreso, del Banco de España y de las Agencias Rating, a los que hacen responsables de la crisis que vivimos.

Y hoy, después de poco más de dos meses han conseguido otro gran logro, que sus reivindicaciones lleguen al Congreso y que se entreguen, trámite Llamazares, al presidente del gobierno. No hay excusa, los políticos oficialmente saben cuáles son sus pretensiones.

Han colocado, de forma prioritaria, en la conciencia colectiva: los desahucios hipotecarios. los privilegios de algunos políticos, la injusta ley electoral, los verdaderos culpables de la crisis, la necesidad de una democracia mucho más participativa, la necesidad de un régimen impositivo más justo, la introducción de una tasa de transferencias bancarias, la defensa de la Sanidad y la Educación públicas, etc.

Han conseguido que una parte de los intelectuales se ponga a su favor, les defienda y les acompañe en su camino. Entre ellos, los que yo llamo los cinco magníficos, José Luis Sampedro, Vicenç Navarro, Miren Etxezarreta, Juan Torres y Arcadi Oliveres, a los que hace tres días se ha unido el premio nobel Joseph Stiglitz.

Ya está bien de denostar un movimiento que mantiene la esperanza de un cambio hacia una democracia no diezmada. Un movimiento que ha expresado en unos pocos puntos las reivindicaciones más importantes, unas peticiones lógicos y que son la expresión de la mayoría de los ciudadanos. Para quienes digan que este movimiento se mira el ombligo y que no tiene reivindicaciones reales, aquí pueden leerlas. Un completo cambio social, un programa que haría de esta democracia, una democracia real. Y todo con naturalidad, sin violencia.

¡Hay quien dé más en menos tiempo!

¡Larga vida al movimiento 15-M! ¡Yo también me siento perroflauta!

Salud y República