Un día, por aquello de escribir de algo y no tener idea de que, me dio por escribir un artículo o como se llame esto, sobre la asistencia en mi ciudad a una concentración de indignados. Yo estuve allí. No, yo no soy un indignado, a mi me llevan tocando la moral desde hace tiempo, pero no soy un indignado.
Total, la cosa es que yo escribí que en la plaza en cuestión no llegaban a la treintena. Mi error fue pregonarlo a los cuatro vientos añadiendo una nota festiva sobre el atuendo, la limpieza y esa manía de llevar un par de perros cagones que tienen algunos.
Lo más bonito que recibí por mail, fueron unas referencias a la tarea laboral de mi madre y mi poco coeficiente intelectual, un adjetivo malicioso sobre mi padre y un "De Graná tenías que ser" que me dejó desarmado y melancólico porque yo siempre quise ser de Cuenca, ya ven. Por eso y por mi falta de cariño actual, espero recibir mail afectivos esta vez. Así como: "eres grande compadre" o "contigo si que si" o ese siempre efectivo "viva la madre que te parió". Por eso, no hagan caso de los noticiarios y creanme a mi. Los indignados de Sol no llegan a los 3 millones.