El miércoles pasado se cumplieron 35 años de la muerte trágica del acordeonista Tatico Henríquez, el cual pereció en un accidente automovilístico en Santiago el 23 de mayo de 1976, a la edad de 33 años.
La importancia y aportes de Tatico Henríquez al merengue fueron tales que tras ser ajusticiado Trujillo en 1961, el merengue cayó en crisis y amenazaba con irse a pique junto con el régimen dictatorial que sucumbía.
Es por ello que nuevos talentos musicales lo rescataron en su versión urbana, y una nueva promoción de músicos típicos, al frente de los cuales brilló el acordeonista nagüero Tatico Henríquez quien entonces rondaba los 20 años, recogió el merengue folclórico del rincón en que amenazaba con quedar en desuso, y sin adulterarle su estructura rítmica, lo hizo evolucionar y se lo devolvió al público con fuerza y vitalidad renovadas.
Influenciados por Tatico Henríquez, toda una generación de intérpretes de la música típica se desarrollaron, entre quienes se encuentran; Fefita la Grande, el Ciego de Nagua, Rafaelito Román, Chiche Bello, Francisco Ulloa, María Díaz, Yovanny Polanco, El Prodigio, Querube Ortíz, Agapito Pascual, entre otros.
Actualmente no existe una sola agrupación típica que no tenga en su repertorio una pieza original de Tatíco Henríquez, sin embargo a pesar de obtener grandes beneficios a costa de Tatíco, no son capaces ni de llevar una flor a la tumba de esta leyenda dominicana.
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