Los insólitos peces gato

“Y de pronto descubrimos que el cine mexicano estaba ahí” –Director de las Letrinas del cine tras ver Una película de huevos
Aunque sea del año 2013, Los insólitos peces gato se estrena oficialmente en las salas de España en este 2015, para regocijo de los amantes del drama y las películas con gente que las pasa canutas.
Aquí veremos a Claudia (Ximena Ayala), una joven solitaria y marginada, acaba en el hospital por una apendicitis.Allí conoce a Martha (Lisa Owen), una mujer de clase media-baja que vive con sus cuatro hijos. En seguida se hacen amigas, y tanto Martha como su familia “adoptan” a Claudia, mientras ésta va descubriendo que la enfermedad de su nueva amiga está más avanzada de lo que parecía. 

Se trata de un drama con personajes límite, pero no por ello alejados de la realidad. El patetismo que inunda a la familia se ve salpicado por esas cosas del día a día, como la preocupación de una madre hacia su familia, o que te salga una hija a la que le gusta el reggaetón.
La trama es ardua con algún toque de humor, hay algún fragmento que no parece tener mucha importancia y bastante crudeza. Se parece a lo que es la vida, verdaderamente, y al igual que ésta, ni todo lo que pasa es interesante, ni tiene un ritmo atronador.
De hecho, ésta es la principal lacra (el ritmo) de una película que, por los criterios con que fue realizada, no podría haber tenido otra forma posible; pues relata una historia de corte dramático, pero alejada profundamente del sentimentalismo y la búsqueda de la lágrima fácil.
Si gustas de este tipo de cine, será de tu agrado, ya que el ritmo no tiene por qué ser uno de los puntos fuertes de estas piezas; pero sino, probablemente te pese un poco su hora y media de duración.
A pesar de este punto, el conjunto está bien construido y resulta un trabajo excelente, sobre todo para tratarse de la primera obra de Claudia Sainte-Luce, quién se encarga del guión así como de la dirección de la cinta.
En una frase: deja buen sabor de boca a pesar, y al mismo tiempo gracias a la crudeza modestamente retratada.