Los interiores

Los interiores
Los interiores son insondables, excepto para el dueño de ese interior. Lo de dentro sólo lo puede ver en toda su profundidad uno mismo. En todo su esplendor, en toda su amplia gama de colores, en toda su belleza a veces, y en toda su crudeza otras tantas veces.
Desde fuera sólo se puede intuir o especular. Sólo se pueden hacer meras aproximaciones en el mejor de los casos, especulaciones en el peor.
A veces mandamos algunas señales desde lo más profundo al mundo exterior, sobre todo a través de nuestra cara. A través de las expresiones de nuestra cara a menudo enviamos algunas señales al exterior de cómo anda todo por nuestros interiores. Alguien ahí fuera atento podría descifrar algunas cosas de dentro.
Pero la precisión de cómo andan las mareas interiores sólo la puede vislumbrar en su totalidad uno mismo. Desde fuera sólo se pueden hacer especulaciones en el peor de los casos, y aproximaciones más o menos acertadas, pero tan sólo aproximaciones al fin y al cabo.
A las profundidades sólo puede acceder uno mismo a las suyas, y luego ya si quiere compartir o no con alguien más lo que allí ha encontrado eso es libre.