Revista Cultura y Ocio

Los Jaivas - Los Jaivas (El Indio) (1975)

Publicado el 01 febrero 2021 por Moebius
Los Jaivas - Los Jaivas (El Indio) (1975)#Músicaparaelencierro. Roberto Quesada con su comentario y nuestro gran colaborador Neckwringer nos traen este trabajo, junto con más el jugoso comentario donde también el Mago Alberto donde nos cuenta de su historia personal junto con la banda en su llegada a la Argentina, sus primeros conciertos y su relación con las dictaduras militares de la época, y por último mi compaginación, hacen revivir de manera grupal un trabajo único. Un disco histórico de una banda clave de la música latinoamericana. Un trabajo sublime que no puede quedar afuera del blog cabezón, situado en un sitial de honor.
Artista: Los Jaivas
Álbum: Los Jaivas
Año: 1975
Género: Folk progresivo
Nacionalidad: Chile
Un álbum clásico de uno de los grandes grupos de la música chilena y latinoaméricana.
También conocido como "El Indio", ya sea por la característica fotografía de la portada y para diferenciarlo de los trabajos publicados en 1971 y 1973. Es su tercer disco de su carrera, y la segunda producción que graban durante su estadía en Argentina, y continúa con la senda de aproximarse, a partir de la música rock que cultivan, a las sonoridades del folclore latinoamericano, llegando a límites sinfónicos y progresivos, especialmente en temas como "Tarka y Ocarina", en donde aún se sienten vestigios de la improvisación que cultivaban con anterioridad.
Aquí, las palabras de Roberto I. Quesada  reviviendo y recordando este disco:

Los Jaivas son uno de los grupos más originales, propositivos y de los poco "europeizados", aunque siempre se nota esa vena de tradición clasicista europea en sus arreglos. A mi punto de vista son junto a los argentinos Arco Iris, los más importantes en la escena del rock andino progresivo-folklórico o como se le pueda llamar; ya que han logrado fusionar ritmos autóctonos chilenos como la cueca, amén de otros como el malambo, la baguala, el vals peruano, inclusive la música afrocubana, con elementos propios del jazz, del rock progresivo y sus más que obvios encuentros con la música popular.
Con este excelente disco, conocido en todo el mundo con el título de "El Indio", emprenden su viaje hacia lo típicamente progresivo (ritmos complejos, desarrollo vertiginoso de melodías, pasajes musicales oníricos, cambios tonales, etc), todo acompañado de cadencias folclóricas puras. En su anterior disco, Todos Juntos (73), ya se puede notar cierto coqueteo con lo progresivo en su excelente pieza "Los caminos que se abren", sin embargo, es un disco aun con bastante arraigo autóctono.
Ya para 1975, Los Jaivas, ya afincados en Argentina, graban lo que vendria a ser esta joya. En esta formación destaca la incorporación de Julio Anderson en el bajo, sustituyendo a Mario Mutis (bajista original); la calidad pianística de Claudio Parra, que literalmente hace llorar al piano, y su hermano Eduardo Parra; la bateria telúrica de Gabriel Parra y la voz de chaman mapuche de Eduardo "gato" Alquinta. Todos estos musicos se hacen acompañar por diversos aerófonos como las tarkas, las zampoñas, las trutrucas (que en su portada interna se pueden observar), ocarinas, quenas y flautas, que le dan a cada tema un matiz muy singular. A primera vista sus liricas parecieran algo simples pero una vez que se absorbe cada canción adquieren cierta profundidad.
Temas:
    Pregon Para Iluminarse (5:17)
    Guajira Cosmica (7:58)
    La Conquistada (7:08)
    Un Mar De Gente (4:07)
    Un Dia De Tus Dias (3:11)
    Tarka y Ocarina: (13:12)
    .Diablada
    .Trote
    .Kotaiki
Empezamos el viaje con este primer tema, en donde su intro la colorean diversos aerófonos con arpegios de piano; yo particularmente siempre me imagino a un aborigen en lo alto de una montaña a punto de hacer un ritual, un momento mágico. Nos dirigimos a un pasaje que toma la base ritmica anterior, pero cambia sutilmente a un ritmo folclórico exquisito; aquí aparecen una especie de arpa y un charango. A partir del minuto 3:18, Alquinta nos regala un solo de guitarra acida con un piano contrapunteando, asi hasta el final de la pieza.
Continuamos con el segundo tema, Guajira Cósmica, ¡un mejor título no podian ponerle! Abre con sonidos algo espaciales que luego dan paso a unos rasgueos de guitarra acústica y un piano que va retomando la melodía, sin duda la calidad pianística de Parra en este pasaje queda más que demostrada. Abruptamente la tonalidad cambia y se transforma en un ritmo cubano refinado (la guajira), en el que las tumbadoras, bongos, güiros y un órgano espacial juegan un papel preponderante. Poco a poco el tema se va "latinizando" aún más y, con un excelente acompañamiento de piano, coros de fondo y un piccolo acaban literalmente en las nubes retomando los sonidos iniciales, pero aún más cósmicos y con un clavecín de por medio.
El tercer tema es uno de los mejores, sino el mejor del disco. Con solo ese proemio de piano sollozante de corte académico que se asemeja a un ritmo de vals. La melodia se va transformando con ayuda de un piano eléctrico en un ritmo folclórico muy bien adaptado, donde cada nota del piano de cola lo llena de una melancolía inconfundible; tambien aparecen fraseos de charango. Los 3 minutos finales son para el lucimiento de una guitarra punzante junto con notas de charango que hacen la funcion del trino violinesco. El desarrollo musical de este tema ronda lo sublime: batería impecable, un piano cadencioso, un bajo dulce, una tesitura de voz grave y suave, en fin.
Las dos siguientes piezas no tienen un formato de rock por decirlo de alguna manera, sino que son totalmente folclóricas. El track 4 empieza con una melodía bastante tranquila que bien pudo ser cantada por Mercedes Sossa o Violeta Parra, luego cambia radicalmente hacia un ritmo afrocubano, con tumbadoras tocadas a cien revoluciones por minuto; siempre que la escucho me imagino un ritual de voodoo con zombies de por medio, jaja. La siguiente pieza es tocada con un bombo leguero llevando un ritmo muy “fiestero”. Repetitiva y aburrida.
Con la última pieza, Tarka y Ocarina, me pongo de pie; simplemente un tema extraordinario. Le pondría el título de "orejas de alpaca en vinagre", parodiando un poco al mitico tema crimsoniano LTIA. Sus primeros acordes sugieren matices ominosos y oscuros, con guitarra fuerte y una batería marcial potente, Diablada lleva por nombre esta primera sección. Trote (segunda sección) evoca de cierta manera a "take a pebble" de ELP, por la forma y estructura pianística, tambien se puede notar un poco de la suite "tarkus", sin embargo, con el acompañamiento precolombino de diversos aerófonos y las trutrucas (especie de trompetas) le dan un sabor mas ancestral a la melodía. Ya para la sección final, Kotaiki, se vislumbran suaves cadencias sonoras con charango, piano, flauta dulce, zampoñas y sonidos de arpa.
Resumiendo, es un disco sumamente interesante que demuestra que el folklore puede ir de la mano con lo progresivo y viceversa.
Roberto I. Quesada




Ahora, les dejo las palabras del Mago con respecto a este disco...

Quizás este disco con el paso de los años se transformó en uno de los más importantes de la música latinoamericana, por su contenido, por su producción musical, por la lucidez de sus integrantes y por la coyuntura de los años en el cual fue realizado, Los Jaivas dejan su Chile querido un poco alejándose del Pinocho y su locura pero recalando en la realidad de otro país que unos años después se transformaría en territorio arrasado por otra dictadura no menos feroz.
Si hubo un grupo que fue ejemplo dentro del panorama local fueron ellos, su trabajo fue hormiga, sin descanso, a pulmón, y poco a poco se ganaron el cariño de los argentinos, por supuesto sufrieron tambien a Videla y sus secuaces, pero la fuerza y la unidad del grupo fue más fuerte.
Ingresaron por Punta Arenas en un viejo colectivo y una camioneta que llevaba parte de su back line, dieron sus primeros conciertos en Rio Gallegos, en el Club Hispano Americano y así subieron por la Patagonia, hasta llegar a Buenos Aires, para llegar luego a su destino final que fue la ciudad de Zarate, ciudad que recibió a Los Jaivas con los brazos abiertos y desde allí, viviendo en comunidad se abrieron paso hacia el destino que ellos mismos se forjarían día a día.
Tuve la suerte y el honor de conocerlos y compartir con ellos algunas comidas repleta de anécdotas, por eso guardo en el corazón cada sonido de este disco que fueron madurando, tocando, hasta llegar a grabarlo en los estudios de la Emi Odeon.
Loas y albricias para un disco único, especial, de uno de los más grandes grupos que existió en Sudamerica.
Mago Alberto
El Indio proviene del acercamiento de Los Jaivas al folclore latinoamericano, y su contacto con la música del continente, más allá de su experiencia chilena. Es uno de sus discos más exitosos, con grandes ventas en toda América Latina, y el disco que cuenta con más ediciones a lo largo de todo el mundo (eso es lo que me cuenta el señor Wikipedia). Veamos...

Los temas "Pregón para Iluminarse" y "Un Día de Tus Días" tienen una inspiración eminentemente folclórica, aunque desarrollan ideas rockeras, especialmente en los quiebres instrumentales. "Un Mar de Gente" tiene ideas de himno de unión latinoamericana, mientras que la obra más trascendental del disco, la cueca lenta "La Conquistada", es una letra que Eduardo Parra, tecladista del grupo, compone a partir de la destrucción en la que queda la ciudad de Santiago de Chile después del golpe militar de 1973. Su sentido poema, musicalizado por toda la banda, permite que el grupo desarrolle interesantes improvisaciones instrumentales, que llegan a su punto cúlmine en el tema final, "Tarka y Ocarina", que se presenta dividido en tres partes para la mejor comprensión del instrumental por parte del público.
Wikipedia

Los Jaivas - Los Jaivas (El Indio) (1975)
Este gran disco de los jaivas ya marca una diferencia con sus creaciones anteriores y marca ya su estilo predominante. Sus dos obras anteriores como "Palomita Blanca" (1972) y "Sueños de america con manduka" (1974) ya habian hecho crecer su composición y virtuosismo musical marcando con este disco un cambio muy interesante.
Abriendo el disco con "Pregon para iluminarse" un gran tema con una intro de quena y su letra predicando la paz de la forma mas hippie de esos años. Otro gran tema es "La Conquistada" donde Claudio Parra hace notar su talento en el piano con un largo solo. Cerrando el disco, el tema concluyente "Tarka y Ocarina" que dura aproximadamente unos 13 minutos con solo de piano, quena y guitarra entre otros.
No es un misterio la atalaya sideral de Los Jaivas sobre cualquier otro grupo de rock chileno. Dueños de un trabajo musical que trasciende a los propios músicos, su obra se instala en el imaginario como un referente cultural que merece periódicas revisiones, como si fuese un hito histórico. Así es como llegamos a uno de los trabajos más grandilocuentes que nos heredó el legendario grupo de Viña del Mar. Su quinto largaduración, el tercer homónimo, su primer clásico.
Indispensable en su vasta discografía, Los Jaivas, también conocido como “El Indio” por su bella carátula, obra del pintor René Olivares –el sexto jaiva-, se destaca por su fusión folclórica/progresiva ensayada desde fines de los años sesenta por una buena camada de músicos locales (como Congreso, Blops o Congregación); por su entrelazamiento con la música clásica, sobre todo en el trabajo en piano de Claudio Parra; y por las múltiples invocaciones a los sonidos de raíz latinoamericana, marca registrada de sus melodías de aquí en más. En fin, un joyel de la música criolla.
‘El Indio’ se compone en una época de cambios, tanto para la banda como para su entorno. Desde 1973 se encontraban en un auto-exilio en la Argentina, a causa del inicio del período dictatorial chileno. En este contexto, lejos de su tierra natal azotada por el miedo y la represión, y con sus músicos empapándose de nuevos paisajes y tradiciones, es donde el disco se plasma de toda la creación y madurez acumulada durante los dos primeros años de una ensoñada estadía en Zárate, ciudad ubicada en la ribera del río Paraná, al norte de la provincia de Buenos Aires.
Es presentado con un éxito arrollador al público argentino en noviembre de 1975 en el Teatro Colón, en una época de envidiable efervescencia musical en el vecino país, y sale finalmente al mercado el 2 de diciembre de ese año bajo el sello EMI Odeón Argentina, pero es editado casi simultáneamente en toda América. Más tarde, y gracias a las ediciones en España y Francia, este álbum sería la carta de presentación de Los Jaivas a su futura llegada a Europa, donde seguirán su carrera por varios años.
Rockero, sí, pero éste es un álbum alegre y unificador, que suena a Latinoamérica (ahí están las atractivas ‘Guajira Cósmica’ o ‘Un Mar De Gente’) y que no por conciliador se priva de la sencilla nostalgia amorosa de ‘Un Día De Tus Días’ o del lamento melancólico de ‘La Conquistada’. Pero vamos por parte.
‘Pregón Para Iluminarse’ –inspirada en el malambo tradicional paraguayo ‘Guyrá Campana’- es la que inicia los fuegos. ¡Y de qué manera!, con una entrada de flauta dulce ejecutada por Gato Alquinta, quien, luego, se luce en el canto y en soberbios pasajes con su guitarra eléctrica. Este puede ser el tema que mejor ejemplifique la plataforma desde la cual Los Jaivas eligieron proyectar una trayectoria que apostaba por una larga vida: transformaron sus influencias en un lenguaje propio y lograron hacer de la música una instancia de reflexión donde primaban las texturas y atmósferas, todo conjugado con exquisita precisión y tomando el pulso al espíritu de su tiempo.
Una pieza de piano al estilo Chopin a cargo de Claudio es la introducción para ‘Guajira Cósmica’, la que luego explota en profundas percusiones y en una especie de jam elegante en el órgano de Eduardo Parra que es acoplada a percusiones típicas del folclor cubano. En la parte lírica, se pone de manifiesto la cosmovisión indígena-latinoamericanista de la banda, cantando acerca de la relación entre el hombre, la naturaleza y la divinidad: “El sol le dijo a los hombres / Cuiden bien de mi tesoro / No confunda con el oro / Mi ley de tanta pureza / Ni con todas las riquezas”, versos que adquieren personalidad con el magistral desempeño vocal del Gato, quizás el mejor de toda su discografía.
Rescatando el ritmo de la cueca y sentimientos como el dolor por el momento histórico que atravesaba Chile, Eduardo plasmó en la memorable composición poética ‘La Conquistada’ un precioso y desgarrador ejercicio de desesperada sublimación. Aquí están la épica, la descripción metafórica, la justa integración de los arreglos, el esbozo inequívoco de una identidad sonora.
Contemplando en mi memoria hacia aquel lugar
En el horizonte de mi mente se ha escondido el sol
Como un recuerdo que me llega de su corazón
Ella no existe más…
Ella es una nube que un beso ardiente derritió
Ella no existe más...

Esta pista tres es, sin duda, un punto de inflexión en el disco y en la carrera de Los Jaivas, posicionándose como su canción fundamental (privilegio que comparte con ‘La Poderosa Muerte’, el poema de Pablo Neruda extraído de su Canto General que musicalizarían seis años más tarde). En sus siete minutos, la emocionante ejecución instrumental de Gabriel, Eduardo, Claudio y Julio no permite descuido, integrándose con la sensibilidad de la voz parsimoniosa en la interpretación del Gato, que pareciese vuelca su impotencia por la patria destruida de la que habla el texto en un descollante solo de guitarra.
Es acá, además, donde se vislumbra el notable acompañamiento en el bajo, que en esta ocasión no estaba a cargo del eterno Mario Mutis (que había regresado a Chile por asuntos familiares). El reemplazante fue Julio Anderson, que gracias a su técnica marcada por el rock setentero, imprimió una sonoridad única al disco, formando una base rítmica sólida junto a Gabriel, que se puede apreciar durante los seis cortes del álbum.
A continuación, para sacudirnos del letargo, ‘Un Mar De Gente’, un himno pletórico con un claro sentimiento de hermandad, utopía por la cual también se caracterizaron siempre. Su letra poética es acompañada por una música profunda y excitante gracias a un rápido charango, frenéticas percusiones, bellos coros y un rico ensamble que hace pensar en la existencia de una multitud, un verdadero “mar de gente” detrás de aquel increíble sonido en el que se van acoplando instrumentos andinos.
‘Un Día De Tus Días’ es la más folclórica del disco, con una letra simple que le canta al amor y una música alegre. Tal vez la menos compleja de las pistas, pero es una pausa precisa para lo que está por venir.
Finalmente, la instrumental ‘Tarka Y Ocarina’. Una delicia, un despliegue de virtuosismo. En poco más de trece minutos, Los Jaivas dan una clase magistral de la fusión entre el rock y el folklore. La composición es un viaje a través de los sonidos, una sinestesia que, si uno cierra los ojos y sube el volumen, comienza a ver paisajes de nuestra Latinoamérica. Una canción que rescata además la sonoridad de sus primeros años, de la época de improvisaciones, de descubrimientos. Una pieza donde todos se destacan, donde nunca la palabra instrumental había cobrado tanto sentido.
Es una mini ópera dividida en tres movimientos, cada una con su personalidad musical distinta, pero que no pierde el hilo a la idea original, de esa invitación a descubrir el origen musical convergente en los distintos rincones del cono sur del continente: ‘Diablada’ es la primera parte, y rescata esa música representativa de las regiones andinas y altiplánicas, del norte de Chile, Perú y Bolivia; la segunda parte, ‘Trote’, invoca al baile de origen precolombino y de ascendencia quechua/aymará; mientras que ‘Kotaíki’, que en lengua indígena pilagá significa “amuleto de amor” -y cuya historia remite a un ritual donde las mujeres entregan el kotaíki a su enamorado, sellando así su compromiso- es musicalizada con un sublime contrapunto en arpa, piano y flauta, arreglo clásico del folclor guaraní.
Resumiendo, este es uno de los trabajos donde el “sonido jaiva” se muestra en gloria y majestad: la impresionante ejecución de Gabriel en batería demostrando el porqué fue uno de los mejores bateristas del mundo en su tiempo, la hermosa e imposible ejecución en piano de Claudio, las líneas insolentes del bajo con voltaje rockero de Julio, la demoledora guitarra de Gato que nunca más aullará con tanta prepotencia y las colosales intervenciones de Eduardo, la bestia multi-instrumentista que llena con impecable precisión cada espacio vacío; hacen que este disco se transforme en un imprescindible en el catálogo de Los Jaivas.
Ni la historia, ni el (re)conocimiento, ni la ingrata muerte ha sabido posicionar este disco en el sitial que se merece es nuestra discografía nacional. Los cambios, giros y evoluciones de sonido en una banda de largo aliento son una tendencia natural, pero que, tristemente, en el medio local se miran con extrañeza, casi pidiendo explicaciones. En la difícil misión que siempre ha sido definir qué es el rock chileno y cuál es su espíritu, puede que una de las mejores respuestas sea, simplemente, poner a girar este disco y que hable por sí solo.
César Tudela B.

Los Jaivas - Los Jaivas (El Indio) (1975)
  Lista de Temas:
1. Pregón Para Iluminarse
2. Guajira Cósmica
3. La Conquistada
4. Un Mar De Gente
5. Un Día De Tus Días
6. Tarka Y Ocarina
- a. Diablada
- b. Trote
- c. Kotaiki
Bonus tracks
7. En tus horas (1976 single)
8. Mambo de Machaguay (1976 single)

Alineación:
- Gato Alquinta / vocals, electric and acoustic guitars, charango, recorder, piccolo, tarka, trutruka, congas, güiro
- Eduardo Parra / piano, organ, congas, bongos, tarka, siku, sleigh bells
- Claudio Parra / piano, electric piano, güiro, maracas, siku, trutruca
- Julio Anderson / bass, acoustic guitar, trutruca, backing vocals
- Gabriel Parra / drums, bombo legüero, congas, caja, cowbell, trutruca, backing vocals
With:
Anonymous Guarani harpist / harp (1)
Luis "D'Artagnan" Sarmiento / backing vocals, artistic direction

     Los Jaivas - Los Jaivas (El Indio) (1975)

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