Si hay algo que me tiene completamente atrapado a Madrid es su capacidad infinita para sorprenderme. Da igual que camine por una calle transitada ya decenas de veces o por una plaza que me creo saber de memoria. Siempre, y repito siempre, consigue descolocarme con un nuevo detalle nunca visto que hace que, mi paseo, merezca la pensa. Y si además, ese detalle son unas piezas de ajedrez gigantes en uno de los espacios más sorprendentes de Madrid, el éxito de la caminata está asegurado. Por eso hoy os quiero relatar como conocí un lugar tan delirante como estos Jardines de Pablo Sorozábal situados en el madrileño distrito de Chamartín.
Caminaba, hace escasos días, por la calle de Príncipe de Vergara cuando a la altura del número 139 (muy próximo a la estación de Metro de Cruz del Rayo) vi sobresalir entre varios árboles lo que parecían ser unas piezas de ajedrez gigantes, casi me tuve que frotar los ojos ya que, había visto alguna imagen de este sitio, pero lo que nunca había imaginado es que el destino me lo iba a poner, de manera casual, delante de mis ojos en un momento tan inesperado. Crucé de acera, entre nervioso y acelerado y allí estaba, el enésimo secreto con el que Madrid lograba conquistarme.
Creo que las fotos de este reportaje hablan por sí solas de lo singular y especial de este sitio pero como información adicional os diré que este lugar lleva el nombre del compositor Pablo Sorozábal, quien fue un gran creador en el género lírico, por ejemplo en Zarzuelas, y que incluso fue el director de la Orquesta Sinfónica Madrileña. En este lugar, además del nombre del parquecito, encontramos un pequeño busto que homenajea a su persona pero dicha obra queda totalmente desplazada por la intervención artística "El sueño de los Imposible", una obra del año 2015 realizada por Gustavo Herrera y que se compone de un enorme tablero de ajedrez y 6 figuras gigantes de ajedrez: alfil, caballo, torre, peón, rey, reina y caballo con tamaños que oscilan entre los 2 metros y los algo más de 4,5 que alcanza el rey.
Caminar entre estas enormes piezas nos hace creer que estamos viviendo en primera persona un pasaje de Alicia en el país de las maravillas. Sin duda, uno de los lugares más sorprendentes,y desconocidos de Madrid. Basta que ver con la enorme expectación que suscitó la publicación que hice hace unos días en mi Instagram para corroborar que estamos ante uno de esos espacios diferentes,que merecen, por sí solos, un paseo por las calles de Madrid. Además, he leído que por las noches estas piezas colosales se iluminan con LED, dándole un encanto todavía mayor, así que ya tengo otro motivo más para dejarme caer por estos entornos del norte de la capital.
Estos Jardines de Pablo Sorozábal tienen, además, varias zonas ajardinadas, bancos e incluso una terraza muy cerquita. Sin duda, uno de los secretos que Madrid me ha guardado con recelo y que más satisfacción me ha producido al descubrirlo.