
Y es que el Código penal es muy claro, y en su artículo 544 regula el delito de sedición como aquel por el que unas personas se alzan pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales. Y eso es, precisamente, lo que hicieron ‘Los Jordis’.
‘Los Jordis’ dirigieron las concentraciones de los días 20 y 21 de septiembre, a las puertas de edificios oficiales donde se practicaban registros, con el objetivo de proteger a sus gobernantes mediante movilizaciones ciudadanas masivas; y se lanzaron mensajes por parte de estas dos organizaciones, pidiendo “parar a la Guardia Civil”.
Pero es que la cosa no quedó ahí. Todos recordamos como la concentración ante un edificio de la Consejería de economía de la Generalidad impedía la salida de la Guardia Civil, que fueron retenidos durante 22 horas, incluida la Secretaria del Juzgado que ordenaba el registro; y como dos coches de la Benemérita fueron literalmente destrozados. Vehículos a los que se subieron ‘Los Jordis’ para alentar la movilización diciendo que sería una noche larga e intensa.
Y es que como decía ayer en Twitter, organizar manifestaciones para evitar la acción de la justicia y destrozar coches de la Guardia Civil no es política. Es delincuencia. Por lo que están muy bien donde están.