LOS JOVENES, APARECIDA Y EL CALLAO
Por: Padre Miguel Ranera
Asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana
El documento de Aparecida nos dice (N° 443) que “Los jóvenes y adolescentes constituyen la gran mayoría de la población de América Latina y de El Caribe. Representan un enorme potencial para el presente y futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús”.
Nos dice también que “constatamos con preocupación que innumerables jóvenes atraviesan por situaciones que les afectan significativamente: las secuelas de la pobreza, que limitan el crecimiento armónico de sus vidas y generan exclusión; la socialización, en nuevos ambientes no exentos de una fuerte carga de alienación; su permeabilidad a expresiones culturales, producto de la globalización, lo cual afecta su propia identidad personal y social. Son presa fácil de propuestas pseudo religiosas. La crisis, de la familia hoy en día, les produce profundas carencias afectivas y conflictos emocionales… Una educación de baja calidad, que los deja por debajo de los niveles necesarios de competitividad, sumado a los enfoques antropológicos reduccionistas, que dificultan la toma de decisiones duraderas. Se ve ausencia de jóvenes en lo político debido a la desconfianza que generan las situaciones de corrupción, el desprestigio de los políticos y la búsqueda de intereses personales frente al bien común. Se constata con preocupación suicidios de jóvenes. Otros no tienen posibilidades de estudiar o trabajar”.
Ante estos desafíos y retos Aparecida sugiere (N°446) algunas líneas de acción:
· Renovar, en estrecha unión con la familia, de manera eficaz y realista, la opción preferencial por los jóvenes, en continuidad con las Conferencias Generales anteriores, dando nuevo impulso a la Pastoral de Juventud en las comunidades eclesiales (diócesis, parroquias, movimientos, etc.).
· Proponer a los jóvenes el encuentro con Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia, a la luz del Plan de Dios, que les garantiza la realización plena de su dignidad de ser humano, les impulsa a formar su personalidad y les propone una opción vocacional específica: el sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio. Durante el proceso de acompañamiento vocacional se irá introduciendo gradualmente a los jóvenes en la oración personal y la lectio divina, la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación, la dirección espiritual y el apostolado.
· Privilegiar en la Pastoral de Juventud procesos de educación y maduración en la fe, como respuesta de sentido y orientación de la vida, y garantía de compromiso misionero. De manera especial, se buscará implementar una catequesis atractiva para los jóvenes que los introduzca en el conocimiento del misterio de Cristo, y se buscará mostrarles la belleza de la Eucaristía dominical, que los lleve a descubrir en ella a Cristo vivo y el misterio fascinante de la Iglesia.
· La Pastoral de Juventud ayudará a los jóvenes a formarse, de manera gradual, para la acción social y política y el cambio de estructuras, conforme a la Doctrina Social de la Iglesia, haciendo propia la opción preferencial y evangélica por los pobres y necesitados.
· Urgir la capacitación de los jóvenes para que tengan oportunidades en el mundo del trabajo, y evitar que caigan en la droga y la violencia.
· Asegurar la participación de jóvenes en peregrinaciones, en las Jornadas nacionales y mundiales de Juventud, con la debida preparación espiritual y misionera, y con la compañía de sus pastores.
En sintonía con estas directrices el equipo diocesano de coordinación de la pastoral juvenil está proponiendo para los próximos 3 años las siguientes actividades:
Año 2012:
· Organizar unos Ejercicios Espirituales para líderes juveniles parroquiales
· Organizar un Retiro espiritual mensual para los jóvenes en general.
· Organizar una Jornada Diocesana de la Juventud, validando el formato de las JMJ, de tres días de duración para acercar a Cristo a los jóvenes del Callao.
Año 2013. Además de las actividades anteriores:
· Promover otros encuentros en los que los jóvenes expresemos y celebremos nuestra fe, atrayendo a otros jóvenes a nuestras parroquias.
Participar en la JMJ de Rio.
Año 2014. Además de las actividades anteriores:
· Participar de manera gradual, en acciones sociales y políticas y el cambio de estructuras, conforme a la Doctrina Social de la Iglesia, en favor de los jóvenes excluidos del Callao.