Los jóvenes, jubilados y parados, gente de mediana edad, trabajadores, estudiantes y becarios, que se dieron cita el domingo en las calles de toda España, lo tienen claro. Indignados y hartos de una crisis y situación económica y social que ellos no habían provocado, se manifestaron en bloque, sin que lo anunciaran previamente en ningún medio de comunicación. La plataforma “Democracia Real. Ya” había aparecido sólo en la Red y las concentraciones más importantes tuvieron lugar en Madrid, (se habla de más de 25.000 manifestantes), Barcelona (más de 15.000), Sevilla (más de 10.000) Málaga, Valencia y otras ciudades (un total de unas sesenta), colapsando sus calles. Los gritos más repetidos fueron: “Esto no es una crisis, es una estafa”, “No más corrupción, pasamos a la acción”, “Esta crisis no la pagamos”, “Futuro de mierda, trabajo precario”, “Violencia es cobrar 6000 euros”, “Manos arriba, esto es un atraco”… Los eslóganes lanzados: “Sin casa, sin curro, sin pensión y sin miedo”. Y las pancartas exhibidas criticaban a políticos, partidos y banqueros, los “verdaderos responsables de la crisis”.
El movimiento pacifista que convocó estas protestas nació en la Universidad a comienzos de abril. Más de 400 asociaciones se adhirieron a la plataforma. En la Puerta del Sol, varios portavoces leyeron un manifiesto que comenzaba: “Somos personas normales y corrientes y todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico social”. Carlos Taibo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, criticó en su intervención a los dirigentes que llevan años adorando al dios de la competitividad. “Cualquier persona sabe que se han traducido entre nosotros las ganancias en materia de competitividad. Para la mayoría, salarios cada vez más bajos, jornadas cada vez más prolongadas, derechos sociales que retroceden, precariedad por todas partes”… Otros portavoces de la plataforma leyeron un manifiesto que denunció la perversión del concepto de democracia por parte de los poderes económicos y políticos. “Hemos dejado de lado los intereses particulares –señalaron– para centrarnos en lo que nos une a todos; la indignación frente a los abusos del Gobierno, los políticos, las entidades financieras y las grandes corporaciones”. Y defendieron la necesidad de un “futuro digno, solidario y sostenible”, abogando por servicios públicos de calidad y por la reforma de la Ley Electoral. “Nos están recortando la democracia con un neoliberalismo deshumanizador y destructivo”, clamaron.
Los candidatos de los tres principales partidos a la alcaldía de Madrid coincidieron en señalar que este tipo de protestas deben articularse de forma democrática sin desembocar en disturbios como los que se registraron tras la marcha de Madrid, donde 24 personas fueron detenidas. “IU entiende las causas que lo motivan –dijo Ángel Pérez –pero creemos que deben desembocar en alternativas claras que se articulen democráticamente en la sociedad. Protestar sin alternativa es simplemente resistencialismo y eso no es suficiente”. El candidato socialista, Jaime Lissaveztky, consideró que “cualquier expresión u opinión merece todos los respetos” pero insistió en que no está “de acuerdo con actos vandálicos”. Según Ruiz-Gallardón, “las razones que tuvieran los manifestantes las perdieron cuando la foto final de la misma son puñetazos a los policías y cristales rotos en la calle”. Por su parte, José Blanco, vicesecretario general del PSOE hizo un guiño de complicidad a los indignados el domingo por la respuesta a la crisis “Yo comprendo –dijo ayer–, e incluso comparto, que haya muchos ciudadanos indignados por la crisis, que es una injusticia. Pero les pido que no tengan una actitud pasiva porque la alternativa es el triunfo de los que compartieron mesa y mantel con los de la codicia y la especulación, aquellos que dicen que hay que volver al pasado, volver atrás, y esos están en el PP”.
Centenares de estos jóvenes siguieron acampados en la Puerta del Sol hasta que, esta madrugada, fueron desalojados a la fuerza por decenas de agentes antidisturbios que les obligaron a abandonar el campamento “por orden del Ayuntamiento y la delegación del Gobierno”. Grupos de ellos continúan aún en la “Acampada al Sol”, acordonados por una docena de antidisturbios a cada lado, y asegurando que su intención es volver a montar el campamento ante lo que consideran “un asalto”. Poco antes de la intervención de la Policía, una pancarta anunciaba: “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”. Otra, sobre un contenedor, remataba: “Urna electoral”. A primeras horas de hoy, estaba previsto celebrar una asamblea y, a mediodía, desplazarse a los juzgados de Plaza de Castilla para asistir a la salida de los 24 compañeros que fueron detenidos durante la medianoche del domingo. En el momento de escribir estas líneas, la Policía los mantiene en dos grupos, uno en la Calle Preciados, y otro en la de Carretas. Los jóvenes permanecen sentados frente a los agentes policiales y profieren gritos de protesta como “más educación y menos policía”, “Le llaman democracia y no lo es”, “Madrid despierta, la calle está indignada” y “Esto es una dictadura, queremos una democracia”. Una treintena de vehículos policiales impiden el paso hacia la Puerta del Sol de los acampados. Curiosamente, ayer, en Sevilla, Zapatero aseguraba “escuchar” y hasta “comprender” a los marginados por la crisis que el domingo se echaron a la calle para exteriorizar su indignación por la falta de horizonte.
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