Revista Economía
Me despierto esta mañana con el preocupante informe sobre el desempleo en la juventud, realizado por la Organización Internacional del Trabajo.
Las cifras son aterradoras: 81 millones de jóvenes están desempleados, 7,8 millones más que en el año 2007. Este desempleo afecta al 13,2% de las mujeres y al 12,9% de los hombres.
En España la situación aún es más dramática ya que en 2009 la tasa de paro entre los jóvenes es del 37,8%, 20 puntos por encima de la media mundial.
¿Cómo una sociedad puede asumir esta catástrofe?
En nuestro país se dan varias situaciones:
* Una estructura de mercado, basada en la construcción, que demandaba una mano de obra intensiva y no cualificada. Muchos jóvenes abandonaron sus estudios para introducirse en el mercado laboral.
* Un porcentaje de jóvenes muy cualificados para lo que el mercado les ofrece, dando lugar a la "infraocupación", que tiene unas consuecuencias graves y preocupantes.
* Una desprecoupación de los gobiernos sucesivos en la Formación Profesional, habiendo un déficit importante en España en relación con otros países de su entorno.
* Una fuerte temporalidad en los trabajos: más de un 30% de jóvenes españoles tienen contratos inferiores a seis meses.
Todo esto tiene y va a tener una repercusión fortísima en el estado de bienestar de esta generación de jóvenes, pero también en la sociedad en pleno.
Una gravísima situación que no sé cómo lo están afrontando los gobiernos y los poderes públicos en general.
Me asusta y me preocupa.