Estamos de enhorabuena, En llamas no se ha dejado arrastrar por el éxito de la primera parte (podía haber apostado por su lado más adolescente) y sigue siendo un producto comercial inteligente y bien hecho, como su antecesora. Y hay que continuar aplaudiendo eso, porque sigue siendo valiente. Aquí la saga se empieza a complicar, su parte política y revolucionaria empieza a tomar más importancia. Supongo que hay que preparar a la audiencia para lo que vendrá, ya que “los juegos” dejarán de ser importantes, y lo fuerte será lo que queda fuera. Estamos en un film de transición hacia algo distinto. Pero una transición con grandes momentos. Y la oscarizada Lawrence sigue espectacular en su papel de heroína.
Lo mejor: su segunda mitad, cuando vuelven los juegos en plan Lost.
Lo peor: a veces no domina bien la complejidad de la historia.