Revista Diario

¡Los juegos infantiles no son para madres primerizas!

Por Desmadreando @desmadreando

Hasta ahora me había librado. Durante casi dos años lo más que había tenido que aguantar era llevar a Critter al parque a 40 grados centígrados y subirla en el tobogán unas mil millones de veces. No más.

La edad y la maternidad traen retos mayores. Hoy lo sé de cierto.

¿Qué pasa cuando en tú último día de vacaciones en la playa llueve y hace viento y no puedes meter a tres micos de menos de un metro a la piscina? ¡Pues te vas corriendo a un Burger King! Esos espacios lúdicos que además de proporcionar engorde y asiento a las madres, proporcionan juegos con aire acondicionado a las minibestias.

Y ahí nos fuimos mi prima, sus dos hijos, Critter y yo. Y casi no vuelvo.

Llegamos al Burger King y la zona de juegos infantiles estaba en la parte superior. Subimos a dejar a los niños pero al llegar me topé con que era un tobogán para niños mayores de dos años. Es decir, de esos juegos plasticosos que tienen varios niveles, varios túneles del tipo hazfelizaunhámster y hasta arriba uno se tira por una resbaladilla.

Al verlo me decepcioné. ¡Pobre Critter! No iba a poder subirse a jugar con sus primos.

Enseguida las burlas de mi prima comenzaron: “¿Ahhh no que eras una madre muy desmadrosa?¡Déjala que se suba! ¡sus primos la van a cuidar!“.

Sus primos. Esos miniseres de cinco y dos años y medio…

Le di su bendición y la dejé volar.

Bajé por una malteada y una hamburguesa para mitigar los nervios y cuando subí ¡el drama! Mi pequeña Critter se había instalado en el cuarto piso del juego llorando a todo llorar y no avanzaba ni palante ni pa atrás. No escuchaba de razones. No hubo ni primo ni tía que la hiciera entrar en razón. ¿Y entonces?

Entonces solté la hamburguesa. Voló en cámara lenta y se veían sus tres capas jugosas, el tomate y la cebolla, luego el queso grana padana y por último la salsa. Todo al piso. ¿Y yo? Corrí cual mujer biónica ¡y me subí al juego!

¡No me pregunten en que estaba pensando! Yo tenía que salvar a mi hija.

Aclaración están son las reglas que suscribe el uso del tobogán:

¡Los juegos infantiles no son para madres primerizas!

Éste es el tobogán:

¡Los juegos infantiles no son para madres primerizas!

¿Se pueden imaginar este cuerpo serrano de 1.74 metros y 60 kilos (por decir algo ¡eh! que tampoco voy a ventilar mi vida aquí) subido en esa cosa?

Pues que bueno que no se lo imaginan. Me quedé atorada. Eso si llegué al nivel donde estaba Critter. La abracé y lloramos las dos. Ella de emoción y yo por no saber cómo le iba a hacer para salir de ahí.

Subió el gerente, el policía, los padres de familia que no podían dejar reír ante semejante show. ¿Y ahora como liberamos a Willy?

¡Aviéntese por el tobogán Señora!- me gritaba el gerente.

El tobogán estaba en la parte de arriba. Yo traía falda- de esas vaporosas y elegantosas- de esas que no quieres usar cuando te tienes que resbalar ante varios espectadores.

Mi Critter no se soltaba. Desarrollo -por puro instinto de supervivencia- una mamitis brutal y un apego de orangután que su amor casi me estrangula.

Y ahí me fui yo con la niña. A aventar del tobogán. La falda se atoró en un tornillo. La niña no me dejaba incorporarme (pues sentarme era imposible ya que el tobogan rozaba mi nariz). Me empezó a entrar claustrofobia y vi el fin.

¡Me desmayo! ¡Se los juro! ¡Auxilio!- gritaba yo como posesa. No tolero los espacios pequeños. Una nimiedad cualquiera.

¡Tuve que soltar a mi hija! Para que ella se resbalara, para que ella fuera libre y se salvara.Le entregue sus primeras alas…y yo me quedé atrás.

Cuando Critter salió del tobogán todos aplaudieron. ¿Y yo? Nadie preguntaba por la madre. ¡Pobres madres siempre nos llevamos la peor parte! ¡Todo el sacrificio, el dolor, el sudor y nadie lo ve!

Yo seguía atorada, con la falda rasgada, ¡y sin aplauso!

El gerente se subió al cuarto nivel. Desatornilló mi falda y me dijo: ya puede resbalarse señora.

¿Qué como acaba la historia? Tuve que robarle la cobija a mi hija y hacerme un pareo.

¡Los juegos infantiles no son para madres primerizas!

Foto en movimiento causado por las risas de mi prima

Lección aprendida: los juegos son ¡infantiles! De ahí su nombre y ¡doy gracias a la bragafaja! La tanga hubiera dado mucho de que hablar...

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog