Acabamos el repaso del Nàstic en la presente temporada con la segunda y última entrega.
Las bandas también han tenido varios candidatos. Álex Cruz empezó un campeonato sorprendente hasta que el Granada se lo llevó. Sanchón fue su sustituto y aunque alternó momentos buenos con otros en los que pasaba desapercibido estuvo fino en momentos claves de la competición como en el penalti que tiró por dos veces contra el Villarreal B. Sanchón será otro que nos abandonará ya que su situación es de cedido. Delporte ha estado más tiempo lesionado que en el campo, como era de preveer. Se le nota su calidad pero nunca acaba de estar al cien por cien y eso ningún equipo se lo puede permitir. Gerardo empezó bien la temporada pero poco a poco se fue diluyendo y contando cada vez menos para el entrenador con quien tuvo al final de temporada sus más y sus menos. Otra de las decepciones. Tuni vino en Navidades después de una larga lesión. Le costó coger la forma, aunque nunca llegó a estar a tope, pero solo verle tocar el balón se le nota su clase. Cumplió con nota al final de temporada cuando más se exigía al equipo. Pieza importante a la espera de que pueda continuar en el equipo. Álvaro Rey subió del filial. Supuso sangre fresca y joven al equipo. Sus incursiones por la banda y sus descaro le hizo ganarse a la afición. Quizás esas ansias de hacerlo bien y aportar cosas nuevas a veces jugaron en su contra. Sin duda la temporada que viene podría ser la de su consagración en segunda y esperemos que con el Nàstic. El paso de Vicente y Walter por el equipo ha sido casi anecdótico. La afición aún sigue haciéndose la misma pregunta desde hace dos temporadas ¿ Qué pasa con Walter ? Quizás alguien nos la responda.
Quizás donde peor lo hemos pasado ha sido arriba, en la delantera. Hemos sido el tercer peor equipo de la categoría en eso de meter goles. Ha sido nuestra asignatura pendiente y que viene arrastrándose de temporadas anteriores. Sin duda el pichichi del equipo, Powel, ha sido otra de las piezas claves de la temporada. Delantero atípico. Era capaz de fallar lo más fácil y resolver satisfactoriamente lo más difícil. Verlo en el campo a veces era sinónimo de desesperación. Parece que no corre, que no se esfuerza, que el partido no va con él. En cambio, otras veces hace levantarse al público después de una genial jugada. Contrastres dispares en el holandés pero que al final y gracias a sus once goles nos ha dado muchos puntos y eso hay que agradecéselo. Nuestro segundo goleador fue Eloi Gila quien vino para jugar en La Pobla y al final se hizo con un puesto en el equipo y jugando muchos minutos. Todo entrega y lucha que esperemos que la siga explotando en el Nàstic. Viguera vino en el mercado de invierno y las sensaciones que nos dejó hasta su lesión fueron excelentes. Volvió a la Real Sociedad, su equipo, y quizás si los guipuzcoanos no cuenten con él podamos volver a verlo la temporada que viene. Rubén Navarro estuvo a punto de irse la temporada pasada. Al final se quedó para demostrar que podría aportar mucho al equipo. No fue así y aunque es un jugador que me gusta, sobre todo cuando ejerce la primera presión a las defensas contrarias, ha sido otra de las decepciones. El Nàstic ya no cuenta con él. Debido a la lesión de Viguera se subió al primer equipo al pichichi, hasta entonces, de tercera división Virgili. Se contó poco con él en el tramo final de la liga pero los escasos minutos que estuvo en el campo fueron optimistas para que la temporada que viene no vuelva a La Pobla y se quede en el primer equipo.
