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«Los juguetes de la guerra» de Carolina Pobla

Publicado el 03 junio 2020 por Librosquevoyleyendo @librosqvleyendo
«Los juguetes de la guerra» de Carolina Pobla

Una mujer lucha por sacar adelante a su familia mientras el amor y la amistad se abren paso en tiempos de guerra.

Una tarde de otoño en Barcelona, a Violeta, la madre de la autora, le comunican la muerte de su hermano Víctor. Y con la noticia llega la gran revelación: Víctor era adoptado. En 1942, Elsa, viuda de un aviador de la Luftwaffe y madre de seis hijos, entre ellos Violeta, regresa al pueblo de Baviera en el que pasó los veranos de su infancia. Desea alejar a sus hijos de la guerra, pero a su llegada se encuentra con la mansión familiar reconvertida en hospital militar y tiene que acomodar a su familia en una humilde cabaña en el monte. Mientras a su alrededor el país se desmorona, los niños crecen y viven experiencias que los harán madurar deprisa. Elsa, una madre luchadora y una trabajadora eficiente que utiliza sus conocimientos como comadrona para ayudar en el hospital, también es una mujer joven que, a pesar del caos imperante, vivirá una intensa historia de amor.

Puedes leer el primer capítulo aquí

Formato: Tapa blanda / Versión Kindle

Empecé a leer el libro un poco reticente porque es el tema de la Segunda Guerra Mundial está trilladísimo y por lo general se cae en la facilidad de historias muy trágicas y sensibleras que remueven las entrañas, ojo, no quiero decir que no sean buenas historias, ni que no me gusten; la crueldad estaba presente en todos los lados, pero está muy manido, y desde luego hay otros aspectos que explorar en esa época histórica más allá de los campos de concentración.

Por eso al leer la sinopsis captó mi atención, la historia se desarrolla en un pueblecito de Baviera y el escenario cambia, ¿cómo se iba a apañar la protagonista para vivir en el monte sola con los niños?

La trama va in crescendo y te atrapa desde el primer momento; Violeta es una mujer muy fuerte y en su vida ha pasado cosas horribles junto a su marido que la trataba como una máquina de desahogo, sin importar el peligro que corriera con cada nuevo embarazo. Así que lo mejor que le puede ocurrir es que se muriese, aunque con ello tuviera que luchar ante los peligros de la guerra sola con un montón de pequeñajos. Cuando llega a su nuevo destino y comprueba que su casa, su mansión exactamente, está ocupada y la usan como hospital militar al servicio de la guerra, tiene que subir al monte a una pequeña casa y sobrevivir ahí.

Sus estudios como comadrona harán que llegue a tolerar al médico del hospital, lo que resultará después en una bonita historia de amor con el paso del tiempo.

Pero Violeta y su familia, así como amigos suyos no dejan de ser juguetes de los dirigentes de ambos bandos, para sobrevivir tendrá que trabajar con unos y con otros tragándose sus propias opiniones, pero no sólo ella, todo el mundo, lo importante es resistir. ¿Y... es que acaso no somos todos peones y juguetes en la guerra de otros? Las personas son seres humanos y la guerra saca lo peor, pero también lo mejor de cada uno y por ejemplo se puede tratar como propio a un niño judío para salvarle la vida y entre todos ocultar al mundo quién es realmente. Los niños crecen a una velocidad pasmosa y prueba de ello es como se cuidan unos a otros. Violeta tiene que renunciar a muchas cosas, incluso a sus hijas para que tengan una oportunidad y puedan sobrevivir a los horrores que les rodean.

Una historia de amor, de confraternidad, de unidad de un pueblo, de cómo la gente va cambiando según las circunstancias. De lo importante que es estar rodeado de personas que te quieran para sobrellevar mejor la vida y ayudarse en los momentos más difíciles.

Sí se habla de la guerra, de los alemanes, de los americanos... de cómo el pueblo alemán no era ni consiente de las atrocidades que se cometían a favor de una raza superior, de cómo se manipulaba la educación para que la población pensara lo que necesitaban (aunque eso se hace también hoy en día según interese), se habla de la guerra palpando lo que sienten los personajes que no están en una primera línea y que nos son sometidos a atrocidades, pero que están sometidos de otra forma; obligándoles a servir a la nación de una forma u otra: cediendo sus casas, su comida, sus enseres... para satisfacer a los que en ese momento estén gobernando.

Es una novela que denuncia otros aspectos y realza la calidad humana, que relata cómo iba fluyendo la vida de los habitantes de un pueblo pequeñito mientras la guerra transcurría.

«Los juguetes de la guerra» de Carolina Pobla

Reseñado por Rocío Carralón


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