Revista Asia

Los lagos del monte Fuji en Japón

Por Amoreno

Este pasado fin de semana he ido hasta la prefectura de Yamanashi para ver el monte Fuji. Y la verdad es que sólo para eso, que no es poco ya que llevo ya más de un año y medio en Japón y todavía no lo había visto desde lejos. Decir esto es bastante irónico cuando resulta que el verano pasado lo escalé con mis amigos de Tokio. 6 horas y 16 minutos tardamos en coronar la cima del monte del destino, no se me olvidará la hazaña. Lamentablemente aquel día fue imposible contemplar la montaña de lejos porque en verano suele estar permanentemente cubierta de nubes. Es como una ilusión, sabes que está ahí detrás de esa pared blanca pero no alcanzas a verla. Ir en invierno, por contra, es una apuesta casi segura.
Los lagos del monte Fuji
Así pues, el sábado quedé con mi amiga Chiaki, con la que también fui a Nikko en noviembre, y alquilamos un coche en Tokio para ir hasta Fujiyoshida, en la base del Fuji. Ya en la antigüedad esta ciudad era conocida como la última posada utilizada por los peregrinos antes de ascender el monte sagrado.

Fujiyoshida está situada entre dos de los Cinco Lagos del Monte Fuji (富士五湖). Estos cinco lagos se formaron hace mucho tiempo en la cara norte del volcán como consecuencia de diversas erupciones de lava que bloquearon el paso de algunos ríos.
Los lagos del monte Fuji
El primero de los lagos que visitamos fue el lago Kawaguchi (河口湖, Kawaguchi-ko), el más famoso de los cinco. Es esta una de las postales más populares del monte Fuji.
Los lagos del monte Fuji
Por la tarde visitamos el lago Yamanaka (山中湖, Yamanaka-ko), el lago más grande. Su entorno natural incomparable forma parte del Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu.
Los lagos del monte Fuji
Aquí por fin pude tomar la ansiada foto con el monte Fuji de fondo.
Los lagos del monte Fuji
Además de ser un emplazamiento turístico, el lago se utiliza para fines como la pesca, paseos en barca y deportes acuáticos.
Los lagos del monte Fuji
Como habréis notado, tuvimos mucha suerte con el tiempo. Fue despejado durante todo el fin de semana y el azul intenso del cielo en invierno contrastaba con la cúspide nevada del Fuji ofreciendo una estampa impresionante que no podía dejar de fotografiar.
Los lagos del monte Fuji
Habíamos decidido pasar la noche cerca del lago Yamanaka y la verdad es que fue un acierto. En esto tengo que dar gracias a mi amiga, que se encargó de buscar un hotel con buenas vistas y hacer la reserva.
Los lagos del monte Fuji
Digo buenas vistas pero en realidad debería decir unas vistas perfectas, ya que la ventana de la habitación daba justo de frente al monte Fuji. Ya que vamos, hacemos la cosas bien.
Los lagos del monte Fuji
Era invierno, así que a última hora del día hacía demasiado frío y nos refugiamos en la habitación del hotel a contemplar el atardecer sobre el monte Fuji. Nos sentamos en el sofá y como si aquello fuera una película, oye. El color del cielo iba cambiando conforme el sol se ponía por detrás de la montaña y se empezaban a formar curiosas nubes justo encima de la cúspide.
Los lagos del monte Fuji
Los lagos del monte Fuji
Y cómo no, al día siguiente también el amanecer.
Los lagos del monte Fuji
Había tardado año y medio en venir a ver el monte Fuji así que por supuesto no iba a dejar pasar la ocasión de madrugar para contemplarlo con las primeras luces del alba.
Los lagos del monte Fuji
El segundo día lo dedicamos a recorrer en coche los alrededores y así es como llegamos a Oshino (忍野八海), conocido por sus "ocho mares" o estanques con vistas al Fuji.
Los lagos del monte Fuji
Los lagos del monte Fuji
Se trata de un pequeño pueblo anclado en el tiempo con casas de tejados tradicionales y molinos de agua. Sobrevive gracias al turismo, pero su visita es más que recomendable aunque no parece que sea accesible fácilmente por transporte público.
Los lagos del monte Fuji
Ya por la tarde pusimos camino de regreso a Tokio. Me marchaba bastante contento, había ido con la intención de ver por fin el monte Fuji y me llevaba una buena colección de fotografías. Espero que os hayan gustado.
Los lagos del monte Fuji
Hasta otra, Fuji-san.


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