Revista Opinión

Los laicos y el Papa

Publicado el 06 noviembre 2010 por Cronicasbarbaras

Las protestas de grupos de laicos contra la visita del Papa a Santiago de Compostela y Barcelona no responden a la opinión de todos los no católicos o los ateos, muchos de los cuales ven atractivo que Benedicto XVI llegue al final del Camino y que consagre la impresionante catedral de la Sagrada Familia.

Benedicto XVI representa la continuidad de unos valores que, incluso con sus errores, han ha creado una civilización y un modelo de sociedad más justo, libre y compasivo que cualquier otro.

Y su visita remarca dos pilares de la cultura occidental a la que pertenecemos: el Camino de Santiago y las catedrales, dos redes tanto religiosas como de acogida que unían el mundo cristiano.

La periodista más importante del siglo XX, Oriana Fallaci (1929-2006), se definía como atea cristiana. Oxímoron por el que sin necesidad de Dios aceptaba la carga cultural del cristianismo, de su parte judía, las aportaciones de Atenas, Roma, el Renacimiento, la Ilustración y los valores de la Revolución estadounidense y los Derechos del Hombre.

Y si bien el catolicismo como parte del cristianismo cometió crímenes como los de la Inquisición, el resto de las creencias, quizás con excepción de la judía, fueron mucho peores.

En el islam o el hinduismo están aún hoy peor que en los peores tiempos inquisitoriales, y una filosofía-religión atea, el marxismo, en sólo siete décadas mató a miles de veces más personas que el cristianismo en dos mil años.

Santiago es la respuesta cristiana a la peregrinación a La Meca, y sólo hay que ver las diferencias humanitarias, sociales, educativas, económicas y de libertades de una u otra meta.

Hoy, en recuerdo de los 58 católicos asesinados por Al-Qaeda hace unos días en Bagdad, de los que el Papa era su cabeza espiritual, cualquier laico puede darle la bienvenida a Benedicto XVI.


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