Revista Opinión

Los libros bien guardados

Publicado el 08 febrero 2010 por Rgalmazan @RGAlmazan

No es preciso deciros, sé que lo compartís, que los libros son un tesoro. Dentro de poco puede que acaben como las máquinas de escribir, como piezas de museo. Los ya famosos e-books (libros electrónicos) están empezando a desplazarlos. Es cuestión de tiempo.

Sé las ventajas incomparables que ofrecen los libros electrónicos, en relación con los libros tradicionales. Su versatilidad, su multifuncionalidad, el espacio que ocupa, las materias primas que se ahorran, etc. etc.

Pero, ¿y la emoción?, ¿y los sentimientos que provocan el objeto? ¿Van a suplir cómo huele un libro? ¿y tocar un libro? ¿y acariciar sus páginas? ¿y las portadas? ¿y la firma del autor en la primera página? ¿y el recuerdo de haberlo encontrado…? Claro, se dirá que los que pensamos así somos unos románticos, reaccionarios, anclados en el pasado. Puede que tenga algo que ver ser de una determinada generación.

Pero, vean ustedes tres de las que se consideran las librerías más bellas del mundo y díganme con qué se puede paliar su falta.

Un almacén de libros en una antigua iglesia del siglo XII

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Una librería con ciento cuarenta años de vida.

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Un teatro convertido en templo de cultura.

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¿Se imaginan estos templos repletos de ordenadores, libros electrónicos, programas informáticos y accesorios informáticos varios y cualquiera sabe qué más cosas?

Personalmente sólo conozco la de Buenos Aires, pero si un día tuviera que quedarme encerrado en algún sitio, con unos pocos alimentos, un fogón para cocinarlos y poco más, que sea en cualquiera de estas tres librerías. Y si tengo Internet les contaré cómo me va la vida.

Empecemos esta semana dando las gracias a uno de los objetos que más han contribuido a nuestro desarrollo cultural y a haber disfrutado de momentos de placer. Y que, sin embargo, parece tener los días contados: El libro.

Salud y República


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