
1. Hospital de ranas, de Lorrie MoorePara mí, Lorrie Moore es una genia. Es inteligentísima con las metáforas, con los símiles; utiliza el punto exacto de sarcasmo. En una misma página puede ser ácida y tierna de una forma absolutamente verosímil. Hospital de ranas es una muestra de todo ello. Es la historia de una mujer en medio de una crisis matrimonial que recuerda tiempos más felices, aquel verano en que dejó la pubertad junto a su idealizada mejor amiga Sills.
2. Jardines de Kensigton, de Rodrigo FresánRodrigo Fresán es sin duda una de las voces latinoamericanas más fuertes e inteligentes que existen. Esta novela es la biografía de James Matthew Barrie (autor de Peter Pan) contada por un escritor de bestsellers juveniles que creció en circunstancias trágicas. Este libro es un muestrario completo de lo que puede hacer Fresán como narrador: imágenes precisas acompañadas de una prosa prolija y llena de ritmo. Leer a Fresán, para mí, es siempre como escuchar la mejor canción.
3. La soledad de los números primos, de Paolo GiordanoEs una historia de amor acerca de dos personas que están rotas. Mattia y Alice son números primos gemelos, esa es la premisa del libro. Siempre están cerca, pero no lo suficiente como para poder tocarse de verdad. Son el 11 y el 13, separados siempre por el 12. Es un libro sobre personajes con un sufrimiento crónico y la repercusión de esto en cada aspecto de la vida.
4. La broma infinita, de David Foster WallaceTrata la adicción como respuesta a una autoconsciencia que nadie quiere reconocer. Ahondar en uno mismo duele, mejor es ver televisión. Los personajes de La broma infinita, además de ser simpáticos, son adictos al entretenimiento, al éxito, a las drogas. Son incapaces de racionalizar la soledad que atraviesan y por ello se vuelven devotos a algo más allá de sí mismos.
5. Un año pésimo, de John FanteComo en el resto de libros de Fante, el personaje, en este caso Dominic, es hijo de un inmigrante italiano en Estados Unidos de mediados del siglo XX. El hijo sueña con ser una estrella del béisbol, el padre es un obrero que no tiene dinero para comprarle un guante nuevo. Es una historia muy tierna. Nos muestra qué puede llegar a hacer un padre por su hijo y lo que puede llegar a pensar –quizá injustamente– un hijo de su padre. Como todo Fante, la prosa es sencilla, directa y genial.

6. Where I am calling from, de Raymond Carver
Es una compilación de relatos de Carver. Incluye mis favoritos: Neighbors y Where I am calling from. A Carver hay que leerlo, sus relatos son fotografías de lo cotidiano que desenmascaran, a través de rupturas y desengaños, a la vida misma.
7. El curioso incidente del perro a media noche, de Mark HaddonLa voz es súper original porque el narrador es un chico que sufre síndrome de Asperger, lo que hace que el autor no pueda utilizar metáforas y demás figuras literarias. Teniendo en cuenta eso, es un libro bastante arriesgado. Uno piensa "en cualquier momento se le escapa algo". Pero eso nunca sucede. Es divertido; la prosa es ágil e inteligente.
8. El desierto y su semilla, de Jorge Barón BizaUn hombre lanza ácido al rostro de su mujer justo después de que firman los papeles del divorcio. El hijo, quien es también el narrador, es testigo de la escena y se encarga de llevar a su madre al hospital mientras el ácido le carcome las facciones del rostro. Luego, la acompaña durante el proceso de curación ¿Es posible recuperarse de algo tan atroz? El libro, basado en la historia de Barón Biza, es brutalmente honesto. Nunca leí un libro donde percibiese el sufrimiento de forma tan pura.
9. Norte, de Edmundo Paz SoldánSoy lectora voraz de Edmundo Paz Soldán, por su estilo. Norte es una novela sobre la frontera. En ella hay tres historias de inmigrantes latinos en Estados Unidos: tenemos la vida de un serial killer, la de un indocumentado autista prodigio del arte y la de una estudiante de postgrado. Cada historia podría funcionar de manera independiente como una novela, puesto que la voz propia en cada una es fortísima. Incluso hay fragmentos de la historia de Martín y su relación con el arte que te dejan con la sensación de haber leído un poema.
10. Las correcciones, de Jonathan FranzenFranzen, además de inteligente y agudo en sus diálogos, es muy divertido. Es sobre una familia que debe reunirse para Navidad, antes de que el Parkinson que sufre el padre lo deteriore más. Cada hijo ha crecido para ser algo que no esperaba. Las frustraciones se esconden y se traducen en conversaciones telefónicas triviales.
¿Han leído alguno de estos títulos? Si no, ¿cuál de ellos se animarían a leer?
