Revista Erotismo

Los límites de Grey

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Reconozco que 50 sombras de Grey no tiene límites. Cada día tengo que leer en algún periódico y sobre todo en las redes sociales un artículo o comentario relacionado con el libro de E.L. James que ha batido récord de ventas, superando incluso al mismísimo Harry Potter. Ahora, la polémica está en qué actor interpretará a Christian, el joven empresario rico.

La línea de lencería Victoria’s Secret ha diseñado una colección inspirada en lo que algunos todavía insisten en calificar como una “magnífica obra de literatura erótica” porque, entre otras cosas, ha creado un nuevo fenómeno entorno a las artes amatorias entre las sábanas. ¿Cómo puede alguien decir semejante cosa? No nos engañemos, lo único que ha hecho ha sido poner a la mujer en un lugar donde hace años no quiere estar. Lo siento por aquellas que han descubierto otras formas de placer gracias a este libro porque no saben lo que se han perdido hasta el momento.

Hace dos días, un juez brasileño ordenó el retiro de la trilogía de las librerías en la ciudad de Macae por considerar que su contenido era perjudicial para menores de 18 años, los primeros que se empujarán en la entrada de las salas de cine para ver la película.

Pero el colmo fue cuando me enviaron una encuesta para saber si era “una greynómama”. El término, según se explica, pretende aludir a las necesidades y al placer que todas (al parecer los hombres están excluidos) queremos satisfacer y que permanecen dormidos en nuestro interior pero que algunas han descubierto gracias al libro. Vamos, un síntoma que cualquier psicológico definiría como represión.

Más allá de su temática, el libro es una perfecta combinación de sexo, poder y riqueza, una fórmula que atrae mucho más que la compuesta por los desahucios, el paro y la crisis. Experiencias que el señor Grey ha despertado en algunas mujeres del más profundo y olvidado sueño.

El sexo siempre atrae. Pero todo está en la cabeza, en nuestras necesidades y carencias y por lo tanto, si no tenemos la capacidad o el valor suficiente para hacer posible todo aquello que deseamos, por más disparatado que sea, no hay libro ni manual que valga.


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