autor | Javier Poveda
Artículo publicado en expansión “Los límites del ego en las firmas de arquitectura”
Es un tópico bien conocido el ego de los arquitectos, normalmente asociado a lo que llaman “arquitectos estrella” que han hecho de él su principal arma de marketing. Pero también está asociada la acepción, para el resto del colectivo, y más que un arma se ha convertido en una limitación.
El ego del colectivo en España se traduce en un sector atomizado de firmas personalistas. Muchos de ellos, a pesar de tener ventajas competitivas (áreas de experiencia, localización, know-how, tecnología, recursos humanos, etc..) las desdeñan hasta el punto de hundir su práctica profesional antes que tocar su ego. Esas ventajas competitivas pueden ser atractivas para otras firmas interesadas en asociarse con nosotros. Pero la operación requiere de aparcar los dichosos egos.
Y Adler encontró a Sullivan.
Una de las más célebres asociaciones de la historia de la arquitectura gestada en el Chicago de los 1880s, demostró que las sinergias existen y que juntos hicieron lo que nunca habrían podido por separado. Adler, doce años mayor y más business oriented buscó un socio compatible para su modelo de negocio, un brillante arquitectodesign oriented como Sullivan, y así añadir conocimiento a la firma.
El tandem en arquitectura es un clásico: compañeros de escuela, parejas sentimentales, maestro y alumno, etc.. hay infinidad de ejemplos. Pero en España no hemos pasado de éste nivel de complejidad, y para ser competitivos en el siglo XXI, se antoja insuficiente.
Añadiendo socios estratégicamente en aras de seguir creciendo es cómo “firmas de nombre” acaban siendo conocidas “firmas de siglas” que no perecen con la ausencia de sus fundadores y de las que forman parte numerosos socios, cuyo nombre ya no sale en la placa.
De la asociación formada en 1936 (también en Chicago) por Skidmore & Owings, a la que luego se unió Merrill en 1939, hoy nos queda SOM con más de cincuenta socios y directores, y una facturación anual de alrededor de 250 millones de US$. Por SOM pasaron como socios, autoridades como Bruce Graham, o Fazlur Kahn. ¿A alguien le importó que el peso de la marca original estuviera por encima de sus egos personales?
- Torre Sears en Chicago. Diseño de Bruce Graham y Fazlur Kahn para SOM.
De egos personales a egos corporativos.
Las alianzas estratégicas a veces, muchas, requieren de la pérdida de identidad de las firmas originales, ya sea porque se unen en una marca común de nuevo cuño como hizo Adamson que se definen a sí mismo como unpartnership of corporations; o bien unos quedan absorbidos por otros.
En los casos de fusiones y adquisiciones entre estudios de arquitectura, quedar absorbido por una firma global más potente nos puede suponer: inyección de capital, aporte de volumen de negocio, reducción de costes por economía de escala o acceso a procedimientos operativos que nos harán más eficientes que a buen seguro repercutirán positivamente en nuestro negocio.
Algo tan común en todos los sectores, en las firmas de arquitectura españolas, las fusiones y adquisiciones no son frecuentes. Ser objeto de adquisición por parte de una firma extranjera o la fusión con otras firmas extranjeras de distinto perfil puede ser una salida a la situación de bloqueo financiero de nuestras firmas de arquitectura, ser más estables y además una vía para crecer.
¿Seríamos capaces de aparcar nuestro ego para mejora de nuestro negocio? ¿Qué pesa más?
Para la firma grande como IBI Group la adqusición de participaciones de otras firmas menores es interesante por nuestro control en el mercado local, por especialidad o por integración vertical. El ejemplo claro de integración de disciplinas complementarias y aunar esfuerzos por presencia de distintos mercados es el caso de ingenierias que incorporan estudios de arquitectura.
Klings Stubblins mantiene su identidad como firma pero dentro del grupo de ingeniería Jacobs, o Ellerbe Beckett que ahora queda integrada dentro del gigante AECOM. Indudablemente las sinergias que se generan al operar en conjunto les pordrán llevar más lejos que operando por separado.
Lógicamente, nadie invierte sin examinar antes lo que va a comprar por lo que hemos de ser conscientes de que nos van a auditar y no sólo financieramente. Una due diligence completa va a mostrar nuestras vergüenzas, nos van a valorar nuestros intangibles, nuestro fondo de comercio, nuestra proyección, estudiaran nuestra eficiencia, y manera de hacer las cosas. Y además nos pondrán precio.
- Adamson Associates Architects: A partnership or corporations.
Muchas veces no será muy agradable escuchar ciertas verdades sobre nuestra práctica profesional, pero mirándolo friamente el ejercicio puede ser muy sano.¿Estaríamos dispuestos a ello?
¿Imaginamos a uno de nuestros estudios galardonados, de reconocido prestigio entre los los arquitectos, exitosos en concursos y de gran capacidad creativa, absorbido por una firma global financieramente más potente pero con menor capacidad arquitectónica? ¿O nuestro ego de buenos arquitectos no nos lo permitiría?
¿Es el ego corporativo sin límite en realidad una auténtica limitación?
¿Si fuéramos Sullivan, nos asociaríamos con Adler?