Los listillos sin colín

“Y tú… ¿De qué vas?”

Hombres… Hombres… Dulce tentación bañada de chocolate y sudor que se te presenta siempre delante de ti, como si fuese le mejor elección que podrías hacer. Ya hablé hace tiempo de “los chicos malos de guante blanco”, ¿quién no se ha dejado caer entre sus brazos mas de una vez? Y hoy toca hablar de ese tipo de hombres que se creen tener respuestas para todo, pero no se comen ni un colín, y si se lo comen… 1. La chica puede estar muy borracha. 2. La chica puede estar muy aburrida y decide perder el tiempo con él. 3. La chica está tan desesperada por gustar a alguien que se lanzan directamente sin pensar en las consecuencias.

Los listillos son esos que te presentan en alguna que otra fiesta, la primera impresión que pueden causar es que son agradables, tienen sentido del humor y se esfuerzan por tener conversaciones con un poco de interés. Pero solamente eso es el principio, mas tarde te das cuenta que va a intentar hacerte reír, luego después va a empezar a alagarte por la forma de bailar, por tu trabajo, tu forma de pensar, y luego comenzará a acercarse a ti a la mínima ocasión hablando de tonterías, sonriendo como un tonto y lanzándote todas sus mejores balas. Si la chica en cuestión está interesada en otro hombre, se sentirá herido, de tal manera que será capaz de pedirte una foto y a la hora de posar con él con pocas ganas pero con una sonrisa diplomática, se lance directamente a ti mientras tu realizas el mejor movimiento al estilo “Matrix” y el momento quede inmortalizado.

No contentos aún, después de ese intento ruin te comentará porque no te lanzas a los brazos de ese otro chico que tanto deseas, te lo escupe con sabor amargo y sonrisa irónica sarcástica, porque en realidad piensa que por qué pierdes tu tiempo con ese cuando puedes estar con un mejor partido como… ¿Él? Y al despedirte te preguntará si “tienes una cama para dormir bien caliente esa noche”, lo que pretende ser una broma parece un intento patético de parecer gracioso, cuando lo que aparenta es ser un pobre imbécil con ganas de sexo pero que nunca se come ni un colín.

Un intento de gracioso, simpático y buen conservador. Un intento de aparentar saber llevar la situación, cuando en realidad todo forma parte de un reflejo que se ha hecho en la mente, porque es todo lo contrario. Así les va a ellos, siguen dando tumbos pensando que son los mejores cuando en realidad solo ganan si ocurre uno de los 3 casos que comenté al empezar a hablar de ellos. Listillos debían de ser…