Me atreveré a hacer un juicio justo y equilibrado de Donald Trump, un presidente con luz propia y un pensamiento firme y consolidado. Sé que entró en un terreno pantanoso, donde muchos intentan colgarlo del cuello, lo juzgan por ser narcisista, arrogante, irrespetuoso y problemático. Sin embargo, esas consideraciones no afectan mi bolsillo. Yo valoro a un presidente por los resultados de su gestión.
El Sr. Trump ha demostrado capacidad, carácter y logros. Hagamos un análisis serio de su capacidad administrativa. Donald J. Trump, el 45.º presidente de los Estados Unidos, ocupó el cargo desde enero de 2017 hasta enero de 2021. Su mandato estuvo marcado por políticas controvertidas y decisiones que generaron tanto apoyo como críticas.
Uno de los éxitos más notables durante su mandato fue el crecimiento económico. Antes de la pandemia de COVID-19, Estados Unidos experimentó un incremento económico robusto, con un PIB que crecía de manera constante. El desempleo alcanzó niveles históricamente bajos, llegando al 3,5% en 2019, el nivel más bajo en 50 años. Además, se observó un aumento en los salarios, especialmente en los sectores de ingresos bajos y medios.
Es importante destacar que el PIB en 2016 era de 18,7 billones de dólares, y durante el mandato de Trump se elevó a 20,89 billones, un salto cuantitativo significativo. De manera similar, la tasa de pobreza, que en 2017 era del 12,3%, disminuyó al 10,5%. Asimismo, la baja de las tasas de interés impulsó un alza en los mercados de valores, lo que influyó favorablemente en los bolsillos de los consumidores.
En 2017, Trump implementó una serie de reformas fiscales con la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos, que redujo significativamente las tasas de impuestos corporativos del 35% al 21%. Esta política fue diseñada para incentivar la inversión empresarial y fomentar la creación de empleos. Estos logros fueron visibles e indiscutibles.
El expresidente renegoció varios acuerdos comerciales, entre ellos el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El nuevo acuerdo incluyó disposiciones para mejorar las condiciones laborales en México y proteger mejor la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses.
Además, Trump adoptó una postura firme contra China, imponiendo aranceles sobre cientos de miles de millones de dólares en bienes chinos para enfrentar lo que consideraba prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual. Como él mismo diría: "Hacer grande de nuevo a Estados Unidos" fue su objetivo supremo.
En términos de política exterior, el ahora candidato a la presidencia fue reconocido por su enfoque directo y a veces controvertido. No obstante, su administración logró algunos éxitos notables, como la negociación de acuerdos de paz en Oriente Medio. Los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020 entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y, posteriormente, Sudán y Marruecos, representaron un avance significativo hacia la normalización de relaciones diplomáticas entre Israel y varias naciones árabes.
Además, el exmandatario fue el primer presidente de Estados Unidos en reunirse con un líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en un intento de desmantelar el programa nuclear de ese país. Aunque no se alcanzaron acuerdos definitivos, el diálogo iniciado fue un cambio relevante en la política estadounidense hacia Corea del Norte.
Si bien la presidencia de Donald Trump fue una de las más polarizadoras en la historia reciente de Estados Unidos, su administración también tuvo una serie de éxitos que dejaron una huella valiosa en la política del país.
Desde el crecimiento económico hasta la reforma del sistema de justicia penal y las iniciativas de política exterior, los logros de Trump durante su mandato continúan siendo objeto de debate y análisis, pero no pueden ser ignorados.